Fue un recital para voz y piano interpretado por una voz ligera y una voz grave que dieron vida a distintos personajes y distintos pasajes de la música clásica, en la víspera del Día Internacional de los Derechos Humanos, que se conmemora este 10 de diciembre.
Según la propia Elisa Rapado, con este concierto pretendían llamar la atención sobre cómo los poetas y compositores de música clásica reflexionaron sobre determinados derechos y libertades antes de que se formulasen y que se aprobase la Declaración Universal de los Derechos Humanos por la Asamblea General de la ONU, el 10 de diciembre de 1948. Muchas de las canciones y arias que pudieron escucharse en este programa expresaron el deseo de sus personajes y protagonistas de vivir en un mundo más justo, más empático o más equitativo, independientemente de la época en que fueron escritas.
Otras piezas se incluyeron por lo contrario. "Porque nos demuestran hasta qué punto nuestra sociedad ha evolucionado con respecto a algunos modelos desiguales y trasnochados y, en algún caso, para sembrar la duda sobre si realmente hemos sido capaces de evolucionar a la altura de los ideales que expresan los Derechos Humanos".
Uno de los compositores más representados en este programa es Mozart, que sorprende por la modernidad de su visión del trabajo. Sus personajes, servidores humildes, se quejan con frecuencia de los abusos de sus patronos y reclaman el derecho a vivir como ellos. También se incluyeron ilustraciones musicales de derechos tan importantes como la libertad de expresión, la protección especial de la infancia, la emigración, la libertad sexual y los derechos específicos de la mujer. Entre los autores musicales se encontraban R. Halffter, Sorozábal, Schumann, Guridi y Antonio José.