¿Qué mensaje lanza a la ciudadanía?
El mensaje de las fiestas tiene que ser la propia fiesta en sí; es decir, diversión, juerga, y pasarlo bien. Pero eso es compatible con lo que quiere toda la ciudad además de eso: una fiesta respetuosa, en la que todos podamos estar tranquilamente bebiendo, disfrutando, oyendo a los grupos de música, escuchando a los grupos de folclore. Por lo tanto, la diversión tiene que ser compatible con el respeto a toda la sociedad y estoy convencido que especialmente los jóvenes es el mensaje que tienen en la cabeza.
¿Ha habido muchos roces con los peñistas?
Las peñas han protestado un poco, pero es normal. Nosotros tenemos la responsabilidad de un gobierno que quiere poner unos límites razonables. Por ejemplo en el caso de los carros. Hay que controlar el número, las medidas, la seguridad… porque todo es compatible.
¿Cree que ese tema está olvidado?
Creo que ese malentendido que hubo al principio, los peñistas lo han acabado entendiendo. Las normas, incluso las auto normas dadas por ellos, son muy útiles en este caso.
¿Cómo valora el programa de actividades?
Son unas fiestas que aportan más novedades. Son distintas porque son nuestras propias fiestas por primera vez. Se han hecho cosas en los barrios, para los jóvenes… Pero en el tema de las fiestas tampoco hay un roce especial con la oposición.
¿Cree que se parecen mucho a las de los últimos años?
Creo que hacemos cosas distintas. Pero lo que nos ha dicho la oposición es que respetan lo nuestro, como nosotros respetamos lo suyo. De lo que se trata es de hacer cosas para dirigirse a todos los públicos, a todos los sectores de edad y para todos los gustos. El objetivo es el mismo: trabajar para todos los ciudadanos.
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