Hernández aseguraba que la toma de decisión es “un momento de mucha responsabilidad”, aunque incidía en la importancia de conservar un patrimonio con 11 grupos escultóricos, entre los que se incluyen grandes obras de Ramón Álvarez, entre otros.
“Es una decisión de absoluta responsabilidad por el patrimonio que hemos heredado de nuestros mayores y que tenemos que seguir manteniendo” indicaba Graciliano Hernández.
Por otro lado, el Presidente de la Real Cofradía del Santo Entierro explicaba que “el hermano de acera lo que tiene que entender es que en la Real Cofradía del Santo Entierro hay más de 200 personas que empiezan a trabajar mañana mismo en la Semana Santa de 2019”.
“Nuestra decisión está siendo acertada porque está lloviendo en estos momentos. El patrimonio de la Cofradía es tan importante que una breve lluvia puede acarrear un coste muy alto” añadía Graciliano, quien incidía en no cuantificar solo en tema económico, sino también en el sentimental.
Graciliano Hernández añadía que lo sentía por los niños pequeños. “Los hermanos de paso me van a entender, los hermanos de fila lo van a entender, pero sin embargo la ilusión de los niños no la puedo valorar”. Una desilusión, que para el Presidente era aún más grande sabiendo que de las 170 altas que ha tenido la Cofradía este año, la mitad han sido de menores de 7 años.
Por último, Juan Carlos, vocal de organización, mostraba su pena por la suspensión de la procesión. “Hemos estado aguantando, nos han informando cada poco, hemos decidido conformar todo para salir, pero al final la cosa se ha puesto fea y hemos tenido que suspender”.
Juan Carlos, coincidía con el Presidente en que “tenemos que cuidar el patrimonio de la Cofradía” y mostraba su agradecimiento a los hermanos de la cofradía por su sacrificio.
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