Primero hubo una parada en Toro, lugar que centró el espectáculo de Don Sancho los dos días que actuó el grupo zamorano y después, desde el viernes, el folkore más internacional se trasladó hasta Zamora, hasta la Plaza de la Catedral donde los zamoranos acudieron puntualmente los tres días: viernes, sábado y domingo; llenando todos los días el aforo y disfrutando no sólo de jotas, charros y boleros de la zona de Toro, sino también de las danzas títpicas de Madrid, de Murcia, de Senegal, de Sicilia o de Perú, los grupos que este año fueron los encargados de acercar su cultura hasta Zamora.
La última jornada sirvió de despedida para estos grupos que dieron el máximo para dejar un gran sabor de boca en la ciudad y que, además, pudieron disfrutar del Mercado Romano de Zamora que atrajo a numerosos zamoranos y que le dio mas vida al Casco Antiguo de la ciudad.