Hace dieciseises años un grupo de amigos se propuso convertir el tradicional Pórtico Musical de Semana Santa en un festival de música que tuviera vocación internacional. Más de una década en las que Alberto Martín se ha mantenido al frente de un festival que colocaba a Zamora como epicentro de la música antigua.
Alberto Martín se despide tras: "tener la satisfacción de haber sido su director. Llevar las riendas del Pórtico no sólo implica su dirección artística, sino también la gestión administrativa y financiera, la producción que exige su desarrollo, las relaciones institucionales y la comunicación. Tareas que he llevado a cabo trabajando codo con codo con algunas personas que han sacrificado su tiempo y dedicado muchos desvelos para que año tras año el Pórtico fuera una realidad. A todos ellos mi más sincero agradecimiento".
Palabras de agradecimiento teñidas de despedida del Pórtico de Zamora. Alberto Martín ha destacado que este adiós viene propiciado por: "compromisos profesionales, el cansancio de estos años y el deseo de nuevos retos", factores que dejan huérfano a uno de los festivales más importantes de música antigua siendo "un proyecto fascinante" para su propio creador.