El Festival de Fados de Castilla y León que se celebra en la capital zamorana cumple dieciocho años. Una mayoría de edad que vendrá marcada por la irrupción del coronavirus y que obligará a que el aforo pase de 400 asientos a únicamente 200, para cumplir con todas las medidas de seguridad sanitaria exigidas por la Junta de Castilla y León. “Se cumplirán estrictamente todas las medidas sanitarias”, tranquilizaba José Luis González, responsable de la FRAH, tranquilizando a todos los aficionados de este festival.
Una de las novedades de esta edición que su celebración se adelante unos días. Así, en vez de celebrarse el último fin de semana de julio como suele ser habitual, se celebrará el anterior, de forma que los conciertos serán los días serán 16, 17 y 18 de julio, jueves, viernes y sábado. El precio de las entradas será de 18 euros por concierto y 45 euros el abono de los tres conciertos.
Los interesados podrán adquirir las entradas desde este lunes en la oficina central de Caja Rural, en Alfonso IX, y el mismo día de cada concierto en taquilla una hora antes del espectáculo, siempre que no se encuentren agotadas.
Todos los conciertos serán a las 21.30 horas y la encargada de inaugurar el festival de esta edición será Vanesa Alves, que vuelve a Zamora tras dejar un buen sabor de boca años atrás. El día siguiente el turno será para Matilde Cid; mientras que el sábado llegará el plato fuerte con el trío de guitarras de Mario Pacheco, que es la guitarra portuguesa por excelencia.
En la presentación del festival también estuvieron presentes María Eugenia Cabezas, concejala de Cultura, Jesús María Prada, diputado de Cultura, y Narciso Prieto, responsable de comunicación de Caja Rural de Zamora. Los tres incidieron en la importancia de no perder este festival de referencia en nuestro país y tranquilizaron a la población sobre la afluencia de público, ya que las medidas de seguridad sanitaria se cumplirán de forma estricta.
Igualmente desvelaron que para esta décimo octava edición había varios proyectos en mente para asociarlos al festival, pero la irrupción del coronavirus obligará a posponerlos para futuras ediciones. “Vamos a intentar recuperar la normalidad, dentro de lo que se pueda, celebrando este tipo de actividades que además también ayudan a sector tan castigado como ha sido el de la cultura”, coincidían los tres, que suponen el motor, junto a la FRAH, de este festival.