El cielo daba tregua a la hermandad del Espíritu Santo tras sufrir las consecuencias de la lluvia el pasado año. Los hermanos se daban cita en el templo del Espíritu Santo para emprender el camino tras un largo año de espera. El sonido de las tinieblas marcaba el inicio y tras ellas la talla de mediados del siglo XV del Santísimo Cristo emergía desde el templo en un acto total de recogimiento.
Los hermanos emprendían su camino hasta la Catedral arropados por cientos de hermanos de acera que no quisieron perderse la apertura oficial de la Semana Santa con tiempo más apacible. La luz guía de los faroles abría paso a la imagen al tiempo que el sonido sordo y seco de las ‘tinieblas’ enmudecía las calles de la capital en un tridente sonoro.
La ascensión por la cuesta del Mercadillo dejaba tras de sí una de las imágenes más embaucadoras del Viernes de Dolores. La Seo, ya esperando al fondo, aguardaba el momento en el que el “Christus Factus Est” se materializasecomo banda sonora imperdible del primer viernes de Pasión. Silencio sepulcral en la Plaza de la Catedral para escuchar el que ha sido el cuarenta aniversario de un himno escrito en honor a la Santa Cruz en torno al años 600 pero musicalizada por Miguel Manzano en 1979.
Cuatro décadas que llagaban a su fin para emprender de nuevo la marcha ante una plaza abarrotada. El camino de vuelta, con un eco aún marcado por el coro de la Hermandad ponía las notas a los últimos tramos, casi ya de madrugada, pero que contaron con el respaldo de cientos de zamoranos que no quisieron perderse la cita con el emblema de inicio de la Semana Santa.
Fotografía: Sofía Villar
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