En un Domingo de Ramos cargado de actividades, la procesión de la Real Cofradía de Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén no falló a pesar de que un cielo encapotado amenazaba en los minutos previos a su salida desde el Museo de Semana Santa.
Minutos previos al inicio de la procesión, el paso salía del Museo de Semana Santa y el Capellán bendecía las palmas que los zamoranos que acudieron hasta la Plaza de Santa María la Nueva llevaban.
La comitiva se puso en marcha pasadas las cinco y media de la tarde. Niños y no tan niños se iban incorporando al recorrido desde Santa María la Nueva hasta conseguir una fila interminable, salpicada también con la presencia de los cofrades de la túnica de raso blanco y el caperuz púrpura.
En la calle Ramos Carrión ya se agolpaban cientos de zamoranos creando una imagen del paso, obra de Florentino Trapero, que representa a Jesús subido en la burra, que se exhibía en todo su esplendor, ante la atenta mirada del público zamorano. Una imagen que se repetiría a lo largo de toda la procesión hasta su vuelta al Museo de Semana Santa
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