La Semana Santa de 2018 truncó la salida del Santo Entierro. Un mar sabor de boca que han podido quitarse los cofrades que este Viernes Santo ha sido más amable con su recorrido. Eld esfile a comenzado con el Sermón del Descendido que dió paso al incio del recorrido encabezado por el galope de los piquetes de caballos de la Policía Nacional y la Guardia Civil.
A partir de las cuatro de la tarde, miles de hermanos de fila ataviados con túnica y caperuz de terciopelo negro tiñeron de luto la ciudad. Asimismo, miles de hermanos de acera se sumaron al duelo para brindar el último adiós a Cristo en un sepelio escenificado en doce pasos: La Magdalena de Ángel Marcé, La conversión del centurión, La lanzada o El longinos de Ramón Álvarez, El Santísimo Cristo de las Injurias, El descendimiento, La Piedad, El descendido, La Conducción al Sepulcro, Nuestra Señora y San Juan, Retorno del Sepulcro, El Santo Entierro o La Urna y la Virgen de los Clavos.
El cortejo, también protagonizado por las miradas al cielo, recorrió las calles hasta la plaza de la Catedral para la 'merienda' convirtiendo el atrio en un Museo de Semana Santa al aire libre para poder observar de cerca la docena de pasos, la Cofradía que más saca a la calle, que compenen el hilo argumental de la muerte y entierro de Cristo.
Tras el descanso, la Real Cofradía del Santo Entierro emprendía su camino de regreso, en un año en el que el tiempo ha sido más ambale con una de las procesiones más empañadas por los cambios meteorológicos de los últimos años.
Fotografía: Sofía Villar
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