La Macro Batukada abría la jornada del amor de la mano de la Valenciana Shock. Decenas de percusionistas se abrían camino desde la Marina como apertura de la gran fiesta de los besos. Un sonido que, como si del flautista de Hamelin de tratase, concentró a cientos de zamoranos a su paso que siguieron el camino del ritmo hasta el epicentro del evento, la plaza Sagasta.
Una vez allí, el número de asistentes ya se contaba por cientos bailando al ritmo de DJ Fausto. Se acercaba el gran momento del minuto final al que precedieron dos ensayos para que los zamoranos calentasen motores para el gran beso final.
Los cañones de confeti, cuyo importe se donará íntegramente a Cruz Roja, ya lucían en lo alto como antesala de final de fiesta. Sagasta, Renova, parte de San Torcuato y Santa Clara, donde se ubico una pantalla gigante para seguir el festival del amor, ya eran una completa marea de gente dispuesta a celebrar el amor con el #Beséame2018.
Pese a que las ganas de besarse precipitaron la explosión de confeti, daba comienzo el minuto final. 12,11,10, 9. 8... y así hasta que tras el uno los globos inundasen Sagasta y el confeti volviera a volar.
#Besémae2018, ya convertido en un completo festival del amor y los besos, alcanzó así su punto álgido con miles de zamoranos besándose al mismo tiempo como demostración de un amor infinito, el mismo con el que la Valenciana Shock, por quinto año consecutivo, organizó esta nueva edición de lo que ya se ha convertido en un imprescindible de las fiestas de San Pedro.
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