¿Qué novedades trae este año la cofradía?
No traemos ninguna novedad relacionada con el desfile procesional. Quizás por remarcar algo, decir que estrenamos neumáticos en el paso, esperamos que no tengan que ser de agua porque el tiempo nos respete (risas). Además, insistimos en el llamamiento que hemos hecho en los colegios para los niños acudan a la procesión vestidos de hebreos.
¿Cuál es la salud económica y social de la cofradía?
La cofradía está saneada. Tenemos 13.000 euros y podemos decir que es una cofradía solvente, que es lo que todos queremos en nuestras cofradías. En cuanto a la salud social, este año han ingresado cuatro nuevos hermanos. La implicación de los hermanos es menor del que nos gustaría, pero estamos contentos. No obstante, se trata de algo habitual en nuestra Semana Santa, que somos más de procesiones que del día a día.
¿Qué papel juega la Semana Santa en el desarrollo de Zamora?
Actualmente hay un debate claro en la calle de los problemas que tiene Zamora con el envejecimiento, la industria, la pérdida de población… Pero la Semana Santa es justo lo contrario. Mientras Semana Santas como la de Valladolid ha tenido nueve mil bajas, en Zamora seguimos sumando hermanos. Está en el ADN de los zamoranos. Además, con la puesta en marcha del nuevo museo próximamente tendremos un impulso todavía mayor. En esta época la gente viene de donde sea para salir. La implicación es grandísima.
¿Alimento o plato que más le guste típico de Semana Santa?
Soy de buen comer y es difícil quedarse solo con uno. Me quedo con las sopas de ajo.
¿A quién le recomendaría que viniera a ver la Semana Santa?
A cualquier famoso de cualquier ámbito, porque tienen la posibilidad de promocionar la Semana Santa solo con su presencia.