Los profesores de Religión de Zamora han recibido la Missio Canonica en la iglesia de san Andrés del seminario menor San Atilano, de manos del administrador diocesano, José Francisco Matías Sampedro.
El administrador diocesano, en un tono amable y distendido ha querido mostrar su confianza y agradecimiento por el esfuerzo que los profesores de Religión realizan en el aula para ser transmisores de una educación integral: “esta asignatura es capaz de dar una respuesta donde no es capaz de llegar la ciencia, es capaz de dar sentido a las preguntas sobre la vida y nuestra existencia. En definitiva, es el vehículo para alcanzar una educación integral”.
La Missio es un documento en el que el obispo de la diócesis expresa su confianza en cada uno de los profesores y les autoriza a impartir esa asignatura en colegios, institutos y universidades. Está previsto en el Derecho Canónico, tiene su origen en el Concilio Vaticano II y se renueva cada año con una celebración que visibiliza la confianza y el respaldo de la Iglesia con cada uno de los elegidos.
Para poder recibir esta encomienda, los candidatos deben estar convenientemente titulados (licenciatura o grado en Teología para Secundaria; diplomatura o grado en Educación para Infantil-Primaria), además de disponer de la DECA (Declaración de competencia académica) que acredita su preparación pedagógica.
Siguiendo las indicaciones del administrador diocesano y con el fin de respetar las medidas sanitarias marcadas por la autoridad competente, en la celebración solo han participado una pequeña representación de los profesores llegados de cada uno de los colegios católicos y de los diferentes arciprestazgos de la diócesis. En total, en Zamora hay 150 profesores de la asignatura de Religión que desarrollan su labor tanto en la escuela pública como en la concertada.
Cabe destacar que esta diócesis es una de las que mayor porcentaje de alumnos matriculados en Religión tiene en el territorio español, siendo elegida por tres de cada cuatro alumnos. Estos datos son fruto de un trabajo coordinado por parte de los profesores y de la actualización pedagógica continuada en la que estos están inmersos.
Desde el Obispado se anima a los docentes en general a “mantener con entrega los esfuerzos dedicados a la educación integral” y, de manera particular, se invita a todos los cristianos a que inviertan esfuerzos en la construcción del Pacto Educativo Global al que el propio papa Francisco ha convocado a toda la humanidad.