La pandemia del coronavirus ha traído casi desde el primer momento muchas medidas que han limitado la vida normal de los ciudadanos de a pie. Más, si cabe, a los de Castilla y León y a sus empresas, donde la alta incidencia de la COVID-19 ha hecho que la Junta haya tomado medidas duras que coartaban algunas libertades y perjudicaban gravemente a diferentes establecimientos, tanto hosteleros como comerciales.
Medidas impuestas que han limitado los contactos sociales como el cierre del interior de los bares o el control de su aforo, así como la prohibición de juntarse más de cuatro personas en una vivienda. También ha habido otras que, sin ser impuestas por la Junta, cada persona ha tomado, de forma responsable, la propia determinación de reducir su contacto social y lleva varios meses sin poder abrazar o ver a un familiar.
Con todo este panorama de sobra conocido por todos respecto a la pandemia, existe un grupo de jóvenes en Salamanca que, ajeno al problema sanitario y casi delante de las narices de toda la ciudad, de manera habitual e insolidaria, se ha pasado media pandemia organizando fiestas clandestinas en locales de Salamanca o en casas sin ningún tipo de medida sanitaria: ni mascarilla, ni distancia social, fumando, bailando y bebiendo; mientras cientos de personas han perdido la vida a diario en España.
Son el mismo grupo de jóvenes que, según denunció este medio y que tomó repercusión nacional, organizaron una fiesta en octubre en el mismo local donde se aloja el restaurante El Zaguán.
Sin embargo, que sus actos fueran conocidos no les importó demasiado, puesto que poco tiempo después, y en el mismo local, volvieron a organizar sucesivas fiestas donde se podía ver aún más gente y donde las medidas sanitarias brillaban por su ausencia, otra vez.
El pasado 6 de febrero tenían prevista una de sus fiestas en Salamanca, pero a última hora decidieron suspenderla y uno de los organizadores la trasladó a Alcalá de Henares con las mismas actuaciones. Sin embargo, no corrió la misma suerte que en sus eventos en Salamanca, que han realizado con impunidad, puesto que fue desmantelada por la Policía Nacional en el momento que había 55 personas sin medidas de seguridad en el interior de un local alquilado y donde el alcohol y las drogas estaban muy presentes. El promotor del evento, DJ Belcebú, fue detenido.
Fiestas en viviendas y en varios locales en pleno centro de Salamanca, a caballo entre Madrid y la capital salmantina
No han parado. Su afán por las alocadas fiestas donde reinaba el alcohol y las drogas, pero no las medidas sanitarias, se han sucedido semana tras semana. El primero de sus actos conocidos fue denunciado por SALAMANCA24HORAS.COM, una fiesta el 4 de octubre en el local situado en la céntrica calle Ventura Ruíz Aguilera, donde se encuentra ubicado el restaurante El Zaguán. En este lugar han continuado celebrando estas concentraciones con diferentes actuaciones de DJ y, aunque se pedía respetar las medidas sanitarias, en la práctica la distancia de seguridad y las mascarillas se convirtieron en algo inexistente. Bailes, gritos, fumando y la presencia de diferentes sustancias estupefacientes se siguieron sucediendo en continuadas fiestas en este local, tanto a principios de octubre como a mediados de noviembre.
De este local del centro de Salamanca a otro no muy lejos de allí. El Plan B, un pub ubicado en la calle Santa Teresa y donde en diciembre llevaron a cabo diferentes fiestas aprovechando que el interior de los establecimientos hosteleros seguía abierto. No ocultaban, como sí ha pasado en los últimos eventos, el lugar donde se celebraban estas fiestas, con “un público exquisito y hasta completar aforo”. Algunas de estas fiestas se llevaron a cabo el 4 o el 18 de diciembre y en algunos de los vídeos se puede comprobar cómo a plena luz del día se desarrollaban estos eventos mientras en la calle la vida continuaba en Salamanca, ajena a lo que pasaba dentro del local porque los cristales del mismo están tintados y es imposible ver lo que sucede en el interior.
El cierre de establecimientos hosteleros y el toque de queda los llevó a desplazarse a viviendas o fincas privadas
El pasado 13 de enero la Junta de Castilla y León decretó el cierre en el interior de los establecimientos hosteleros, así como otras medidas, y obligó a muchos locales a cerrar o dar solamente servicio de terraza.
Este hecho también afectó a este grupo organizador de fiestas. No en su idea de dejar de celebrarlas, sino por el lugar. De locales de discoteca o de bares se trasladaron a viviendas o fincas previamente alquiladas, captando a sus clientes a través de las redes sociales, pero nunca incluyendo el lugar exacto donde se iban a desarrollar. Este se lo revelaban una vez adquiridas las entradas. Del mismo modo, advertían que estaba prohibido la grabación con teléfonos móviles: “solo lo podrán hacer las personas encargadas del evento”.
Fiestas en casas llevadas a cabo pocas veces en Madrid y muchas otras en Salamanca, como la de la semana pasada, el sábado 30 de enero, como indican las publicaciones de algunas de las personas que actuaron en la fiesta. En imágenes, subidas por los propios organizadores, se puede ver lo que parece un salón de una vivienda con diferentes disyoqueis actuando, mientras fuman o beben o incluso comparten estos ‘cigarros’ con diferentes personas; ante un público desbocado bailando alrededor de la mesa de mezclas.
En estas publicaciones se puede ver cómo los jóvenes no guardan la distancia de seguridad, pocos llevan la mascarilla y bailan en habitaciones cuyas ventanas están doblemente tapadas para evitar ser sorprendidos, con la posibilidad, como ya ha pasado recientemente en la fiesta de Alcalá de Henares, de la presencia de algunos menores.
Una ‘rave’ con 55 personas desmantelada por la Policía Nacional en Alcalá de Henares, pero que se iba a celebrar en Madrid
La última de las andanzas de este grupo se iba a volver a producir en Salamanca. Una nueva llamada por las redes sociales animaba a su público fiel para unirse a una fiesta este sábado, 6 de febrero.
El modus operandi, el habitual: convocatoria por redes sociales advirtiendo de que sería en un lugar secreto y que sólo sería desvelado a la persona que pagara la entrada. Pronto se quedaron sin espacio y los diferentes disyoqueis comenzaron a anunciar en sus redes sociales sus actuaciones en Salamanca.
Sin embargo, por motivos que se desconocen, decidieron suspender esta fiesta y trasladarla a Madrid: “Nos vemos en la obligación de trasladar el evento por la seguridad misma de ustedes. Hablar al interno, las personas que ya realizaron el pago y quienes estén dispuestos a moverse para asistir. Si no puedes trasladarte se te hará la devolución inmediata del dinero". Este fue el mensaje que dejaron en las redes, compartido a su vez por el DJ Belcebú que añadía: “La gente está muy envidiosa”.
El tono de estos mensajes apuntaba a que posiblemente sospecharan de una investigación hacia ellos o recibieran el rechazo de algunos usuarios y decidieron desplazarse a Alcalá de Henares.
Por el momento se desconoce si parte de los organizadores o todos al completo se desplazaron hasta Alcalá de Henares desde Salamanca, pero lo cierto es que la Policía Nacional desmontó una ‘rave’ con más de 50 personas en la finca La Galiana, situada en la carretera de Alcalá a Daganzo y que había sido alquilada de urgencia para el evento.
En las fotografías subidas a las redes sociales —subidas por los propios organizadores y disyoqueis, aunque después han borrado o cerrado sus cuentas— se puede comprobar cómo el local estaba completamente cerrado y con las ventanas tapadas para evitar ser vistos, con gente, de nuevo, sin mascarilla ni distancia de seguridad y en la que podrían apreciarse menores de edad.
Con este panorama se encontró una mujer que fue a recoger a su hija de madrugada a esta finca, hecho que rápidamente puso en conocimiento de la Policía Nacional que inmediatamente se dirigió hasta el lugar.
Una vez allí, los agentes comenzaron a llamar a la puerta, sin ningún tipo de respuesta. Como no les abrían, los policías tuvieron que entrar por una ventana y se encontraron dentro a 55 personas celebrando una fiesta con la animación de cuatro pinchadiscos. Del mismo modo, pudieron comprobar que en el interior no se respetaban las medidas higiénico-sanitarias y, además, en todas las estancias encontraron restos de sustancias estupefacientes.
Tras proponer para sanción a los 55 asistentes que procedían de distintos puntos de la región, arrestaron al promotor de la fiesta, un pinchadiscos peruano llamado Belcebú, quien fue trasladado a dependencias policiales. Era la tercera vez que le sorprendían durante la pandemia, aunque, dado su historial, parece que no le ha preocupado mucho.
Veremos si este acto frena a este grupo que no parece muy arrepentido, puesto que siguen publicando por sus redes sociales recuerdos de estas fiestas y todo apunta a que vendrán más, mientras cada día se contagian miles de personas en España, mueren cientos y familias enteras han perdido cualquier tipo de ingreso. La insolidaridad hecha fiesta.
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