Los ayudantes técnicos educativos (ATE) son profesionales que brindan apoyo y asistencia en el ámbito del desarrollo personal y la promoción de la autonomía del alumnado con necesidades educativas, trabajando en conjunto con otros especialistas para garantizar un ambiente educativo inclusivo y enriquecedor.
Se trata de personal laboral cualificado y su selección y contratación depende de la Consejería de Educación. Hasta la fecha, en los centros educativos ningún otro profesional que no hubiera sido contratado por la Consejería de Educación podía realizar ninguna tarea dentro del aula.
Sin embargo, actualmente, en algunos centros no se están cubriendo las plazas necesarias para atender al alumnado con necesidades educativas, ni creando Relaciones de Puestos de Trabajo (RPT) para atender estas necesidades y para el desempeño de las funciones, realizadas hasta ahora por los ATE, sino que se está introduciendo en los centros la figura del Ayudante Personal.
Desde STECyL-i, se preguntan por qué y para qué se introduce una figura profesional que ni siquiera está contemplada en el vigente Convenio Colectivo de Personal Laboral de la Junta de Castilla y León. El sindicato se opone rotundamente a que la figura del Asistente Personal en las aulas suplante a la del ATE, debido a que los Asistentes Personales los elige la familia del alumno/a y no la Consejería de Educación. Los Asistentes Personales, no se les exige una formación previa que les capacite para cumplir con la tarea de “brindar apoyo y asistencia en el ámbito del desarrollo personal y la promoción de la autonomía de los alumnos con necesidades educativas”.
Además, puede haber un Asistente Personal dentro del aula por cada alumno o alumna que la familia estime que lo necesita, ¿cómo afecta esto a la dinámica del aula?. • Se pierde una figura de referencia en los centros. Los AT, conocían a todo el alumnado, podrían desempeñar su función con varios alumnos y alumnas en el centro, se mantenían a lo largo de los cursos, tenían continuidad… Es una privatización con fondos públicos de la figura del ATE. Las familias lo contratan y posteriormente se les compensa a través de una subvención pública.
Por ello, se solicita que se cubran todas las necesidades de acompañamiento, educativas y de promoción de la autonomía personal del alumnado con ayudantes técnicos educativos, así como que la figura del Asistente Personal desaparezca de los centros por suponer una privatización de un servicio público, a la vez que implica una pérdida de calidad en la atención al alumnado con necesidades educativas.