Siete de cada diez mujeres castellanas y leonesas con responsabilidades familiares no compartidas, y en situación de desempleo, se identifica con pobreza y exclusión social en la Comunidad. Se sienten aisladas, con redes de apoyo muy limitadas, y bajo una gran presión económica para mantener a su familia, lo que afecta a su autoestima y salud mental.
Esta es una de las principales conclusiones del Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo de la Fundación Adecco, realizado en base a una encuesta a 340 mujeres con responsabilidades familiares no compartidas, en situación de desempleo, de las cuales 40 son de Castilla y León.
Actualmente, se contabilizan en Castilla y León 106.700 hogares monoparentales, la mayor parte de ellos (79 por ciento) encabezados por una mujer. Así, 84.400 mujeres en Castilla y León sacan adelante a sus familias sin más ayuda que ellas mismas. Junto a ellas, se contabilizan 22.300 hombres en esta misma situación.
Otra de las conclusiones del informe es que el 90 por ciento de las encuestadas manifiesta algún grado de dificultad para llegar a fin de mes y encuentra grandes obstáculos para cubrir gastos básicos como la vivienda (80 por ciento), la educación de sus hijos (75 por ciento) o la ropa (67,5 por ciento).
Además, llama la atención el elevado porcentaje de mujeres con dificultades para hacer frente a los gastos derivados de la educación de sus hijos (75 por ciento). “Estamos ante una alarmante previsión de una próxima generación con menor formación y empleabilidad que la de sus progenitoras, que se autodefinen, en su mayoría, como mujeres en alto riesgo de exclusión social. Si no se abordan las dificultades estructurales que enfrentan las familias monoparentales, corremos el riesgo de dejar atrás a toda una generación, perpetuando un sistema en el que la situación económica de las madres determina el futuro de sus hijos, y en el que se amplían las brechas sociales”, asegura Begoña Bravo, directora de Inclusión de la Fundación Adecco.
Además, del estudio también se desprende que el 50 por ciento de las mujeres al frente de una familia monoparental en Castilla y León supera el año buscando empleo y el 60 por ciento se plantea trabajar en la economía sumergida o irregular, ante la urgencia de ingresos económicos. La mayor parte de las mujeres en Castilla y León (70 por ciento) cree que las circunstancias asociadas a su situación personal truncan sus perspectivas profesionales: un 82,5 por ciento no encuentra una jornada laboral adaptada a sus necesidades; un 65 por ciento cree que existen prejuicios que cuestionan su capacidad para el desempeño y un 55 por ciento pone de manifiesto la “carga emocional” que dificulta la concentración y el foco en la búsqueda de empleo.
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