El Comité de Certificación Sectorial para Espacios Naturales Protegidos del Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE) acordó por unanimidad renovar la Marca ‘Q de Calidad’ en espacios naturales protegidos de Castilla y León.
Diez son los espacios naturales protegidos que gestiona la Dirección General de Patrimonio Natural y Política Forestal del Gobierno de Castilla y León, que acaban de renovar, un año más, la Q de Calidad Turística, tras haber superado la auditoría anual de seguimiento que realiza una empresa independiente, formada y autorizada para certificar que se cumple con la norma UNE-ISO 18065 ‘Servicios turísticos para el uso público prestados por el ente gestor del espacio natural protegido’.
Se trata de la Reserva Natural Valle de Iruelas y del Parque Regional Sierra de Gredos, ambos en Ávila; el Monumento Natural Ojo Guareña y del Monumento Natural Monte Santiago, ambos en Burgos; el Parque Regional Picos de Europa en León;los parques naturalesMontaña Palentina, en Palencia; Las Batuecas-Sierra de Francia en Salamanca; Hoces del Río Duratón yHoces del río Riaza, ambos en Segovia yCañón del Río Lobos, entre las provincias de Soria y Burgos.
La Marca de Calidad Turística Q en el sector de los espacios naturales protegidos certifica las actividades, servicios y equipamientos de uso público que ofrece el espacio protegido, tanto directamente como a través de entidades concesionarias. Mediante la norma de calidad se establecen una serie de criterios en la oferta de servicios y equipamientos que garantizan una mejora en la atención a los visitantes y una mayor satisfacción de la visita, lo que redundará en un mayor aprecio de los elementos patrimoniales naturales y culturales que se tratan de conservar.
El sistema de calidad no pretende ser un reclamo turístico, sino más bien constituirse en un proceso por el que se logre asegurar la calidad de los servicios de uso público, considerando especialmente los objetivos que debe cumplir todo espacio protegido.
Aspectos como la atención y la información al visitante, la educación ambiental y la interpretación del patrimonio, la adecuada señalización de los senderos, la seguridad de los visitantes, la mejoría y mantenimiento adecuado de los recursos destinados a facilitar la visita, la atención personalizada de las quejas y sugerencias de los usuarios y una adecuada planificación anual, son algunos de los aspectos que contempla la norma y en los que se ha trabajado durante todo este tiempo en los espacios acreditados.
Este distintivo constituye una aportación muy positiva para el sector turístico, consciente de que la Red de Espacios Naturales Protegidos es uno de los activos más importantes de Castilla y León, que dispone de una calidad y eficiencia en los servicios que pone a disposición de los miles de visitantes que acuden de forma anual.