La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) condena y lamenta la agresión que sufrió el martes 5 una médica -afiliada de esta organización-, en el Centro de Salud de Parquesol de Valladolid, que recibió un puñetazo en la cara por una mujer embarazada de 29 años, molesta -al parecer- porque consideraba que llevaba mucho tiempo esperando a ser atendida. Al entrar en la consulta, y sin mediar ninguna discusión, la paciente golpeó a la médica.
CSIF advierte que las agresiones a personal sanitario están aumentando por “motivos inauditos, como ha ocurrido en este caso, que se ha debido por un retraso en la atención. Otra causa frecuente de agresión, la del aumento de las listas de espera, tampoco depende de los profesionales agredidos”, remarca el sindicato, “como otras que tienen que ver con deficiencias en la gestión de los servicios”.
Se da la circunstancia de que el incidente ha ocurrido en el centro de salud en el que trabajaba Verónica Casado, hasta asumir el cargo de consejera de Sanidad, y que ha estado presente en la concentración de rechazo y condena que se ha celebrado este mediodía.
La presidenta provincial de CSIF Valladolid, María José San Román, asegura que a este tipo de agresiones “no se les da la importancia que requieren, en el ámbito de la prevención de riesgos laborales que hay que tener”. Por ejemplo, en el año 2018, en Sacyl, según el Observatorio de Castilla y León, en la provincia de Valladolid se produjeron 124 agresiones con 144 profesionales afectados. Cifras que en el conjunto de Castilla y León suman 516 incidencias y 579 trabajadores agredidos.
CSIF estima que más del 60% de las agresiones que sufre el personal de los centros sanitarios no son denunciadas (en este caso del centro de Parquesol sí se ha denunciado), y lamenta que los profesionales estén tomando estas situaciones como parte de su trabajo, las han incorporado a su rutina laboral diaria y, además, consideran que denunciar una agresión (fundamentalmente si esta es verbal) no sirve para nada.
Asimismo, CSIF apunta que una mayor parte de estas agresiones en el ámbito sanitario se realizan contra profesionales mujeres, alrededor del 75%, por lo que el problema hay que abordarlo -también- desde una perspectiva de género.
El procedimiento que permite a los trabajadores realizar una denuncia, según CSIF, en no pocas ocasiones no hace sino incrementar la desprotección hacia los denunciantes, que sufren acciones como rayones en los vehículos, ruedas rajadas o diversas amenazas. Para CSIF, los actuales protocolos de actuación ante agresiones no son suficientes, y es necesaria una actualización, exigiendo medidas y sanciones ante las agresiones de usuarios y pacientes. CSIF recuerda que tiene un servicio de asesoramiento para profesionales sanitarios que sufran alguna agresión o situaciones de acoso.