Según declaraciones del consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, cualquier cobro de un peaje blando, por pequeño que sea, produce efectos perjudiciales. En primer lugar para la marcha de la actividad económica, porque esta tasa o peaje supone un incremento de carga impositiva y de gasto para las empresas y transportistas, y, por tanto, "va en la vía contraria a lo que desde este Gobierno de la Junta entendemos que hay que hacer: bajar la carga fiscal, no incrementarla" ha afirmado el consejero.
En segundo lugar, Suárez-Quiñones insiste en que esta idea de pagar por transitar por autovías penaliza a los que menos tienen, lo que supondrá carga económica para la gente, sobre todo con menos recursos. El consejero, además, considera que "en la realidad rural de Castilla y León todo lo que afecte, dificulte y perjudique a la movilidad de nuestros pueblos hacia los principales núcleos de población va en contra de la lucha contra la despoblación".
Por tanto, desde la Junta de Castilla y León se manifiesta una posición contraria a esta iniciativa.
A este respecto en la conservación y mantenimiento de carreteras hay que planificar desde la eficiencia del gasto público, y que se apliquen recursos suficientes para seguir ejecutando los proyectos en los que venía trabajando el anterior Gobierno de España.