El Zambrana dispone de dos áreas diferenciadas que funcionan como dos centros independientes en la atención que prestan a los menores y en él trabajan 200 personas que se refieren al centro como “colegio”, pero un colegio muy especial, que atiende anualmente a unos 200 jóvenes, entre el área de reforma y el de socialización. Así, al Área de Intervención de Reforma para menores que cumplen medidas judiciales impuestas por los Juzgados, llegan jóvenes que han cometido una infracción, mientras que el Área de Intervención para la Socialización acoge a menores protegidos con graves problemas de conducta que, aunque no han cometido un delito, cuentan con un expediente administrativo por presentar alteraciones de conducta (escaparse de casa, situaciones de agresividad con los padres o no acudir a sus clases de forma regular). Para su ingreso es necesaria la autorización judicial de los Juzgados de Familia.
Aunque el aspecto exterior del Centro (por las medidas de seguridad, con altos muros, cámaras, vigilantes, control de accesos) puede inducir a pensar que estamos simplemente en un centro de internamiento, en su interior se alberga un amplio conjunto de servicios y personal cuyo principal objetivo es la reinserción social.
De hecho, no se trata únicamente del cumplimiento de la medida, que es un deber, sino de alcanzar la reinserción y la prevención para que no vuelvan a delinquir y se integren cuanto antes en la sociedad, evitando la reincidencia, que solo alcanza el 8 %. Para ello, el Zambrana actúa en permanente coordinación con jueces, fiscales y fuerzas y cuerpos de seguridad y mantiene una estrecha coordinación con las consejerías de Sanidad y de Educación.
Área de Reforma
Los jóvenes están separados por módulos, en función de la edad, sexo o tipo de régimen, y los tipos de infracción más frecuente por el que ingresan son el delito de lesiones, contra la libertad sexual y el robo con violencia o intimidación, que suponen el 58 % del total. Además, se ha registrado una tendencia a la baja en el número de menores atendidos dentro del Área de Reforma en los últimos años, pasando de los 210 menores en 2015 a los 160 en 2018 y los 140 que se habían atendido a 30 de noviembre del pasado año.
En el Área de Reforma los menores aprovechan su estancia para realizar actividades formativas, educativas o deportivas. Además, el cumplimiento de las medidas judiciales se complementa con el desarrollo de programas de intervención en el área psicológica, pedagógica, social, educativa, de prevención de comportamientos violentos y de inserción laboral, con talleres prelaborales de carpintería, automoción, jardinería y albañilería.
La edad media de los menores internos que cumple alguna medida es de 16,5 años. Aunque el ingreso se reserva para jóvenes que hayan cometido hechos delictivos de entre 14 y 18 años, es posible que el cumplimiento de la pena se prolongue más allá de esta edad. Así, en estos momentos, hay 2 jóvenes con 19 y 20 años en el centro, al considerar el juez que la reinserción se cumple mejor en una instalación de menores que en una prisión. Por género, el masculino es mayoritario, con 57 chicos frente a 6 chicas, el 81 % de nacionalidad española.
Área de intervención para la socialización
El Zambrana es también el único centro de la Comunidad para la atención a menores con problemas de conducta. Estos jóvenes residen en un área compuesta por cuatro hogares con capacidad para 19 jóvenes, donde se trabaja con ellos la adquisición de nociones básicas de conducta con un régimen semiabierto, con permisos que permiten salir al exterior, pero con la obligación de regresar al centro. Actualmente, hay 6 menores, 1 de ellos es un menor extranjero no acompañado, y a diferencia del Área de Reforma, aquí se observa un ligero incremento en el número de atendidos en los últimos años, pasando de los 23 menores en 2015 a los 38 de 2018 y los 39 registrados a 30 de noviembre del pasado año.
Atención a jóvenes infractores en Castilla y León
Tres son los ejes de trabajo dentro del Área de Atención a menores infractores en Castilla y León: prevención de conductas delictivas, ejecución de medidas impuestas por los jueces de menores (a mayores de 14 años y menores de 18, por la comisión de delitos) y apoyo a la inserción.
Esto se acompaña con otras actuaciones, como el programa de actuación en casos de conductas violentas dentro del ámbito familiar y el de la lucha contra la discriminación, que se desarrolla en colaboración con la Fundación Diagrama.
Castilla y León cuenta con ocho centros para menores infractores que suman un total de 131 plazas para llevar a cabo las medidas privativas de libertad y convivencia en grupo educativo: dos son centros propios (el Zambrana y Los Manzanos, que cuentan con 92 plazas y ambos están ubicados en Valladolid), mientras que 6 son centros colaboradores, que cuentan con 39 plazas y se encuentran en Burgos, León, Salamanca, Zamora y Valladolid. Estos centros atendieron en 2018 a casi 300 menores de Castilla y León.
Para la ejecución de medidas no privativas de libertad, Castilla y León dispone también de Unidades de Intervención Educativa (UIE) dependientes de las Gerencias Territoriales de Servicios Sociales, en cada provincia, salvo en Segovia y Soria, donde se encuentran conveniadas con la Diputación Provincial y Cruz Roja, respectivamente. Además, para mejorar la red de recursos y dispositivos, se han firmado convenios de colaboración con entidades públicas y privadas sin ánimo de lucro, de los que 67 están vigentes en la actualidad.
En 2018 se ejecutaron más de 1.500 medidas no privativas de libertad en Castilla y León y se llevaron a cabo más de 1.700 actuaciones del programa de prevención a la delincuencia y apoyo a la inserción social.
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