El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, y el primer ministro de Portugal, António Costa, han visitado esta mañana los trabajos de ejecución de la gigabatería del Tâmega, uno de los mayores almacenamientos de energía de Europa.
El complejo del Tâmega, con una inversión superior a los 1.500 millones de euros, comprende la construcción de tres embalses (Gouvães, Daivões y Alto Tâmega) en el río Tâmega, afluente del Duero. Las obras, que comenzaron en el año 2014, han sido completadas ya en dos tercios y se espera que concluyan en 2023, conforme al calendario previsto, si bien las plantas de Gouvães y Daivões entrarán en operación ya a finales de 2021.
Durante su visita al complejo -a la que también han asistido el ministro de Medio Ambiente y Transición Energética de Portugal, João Pedro Matos Fernandes, y los presidentes de las Cámaras Municipales de Ribeira de Pena, de Vila Pouca de Aguilar, de Chaves y de Cabeceiras de Basto- Ignacio Galán y António Costa han podido comprobar de primera mano la evolución de los trabajos, que emplean a miles de profesionales en más de 100 empresas, 75 de ellas portuguesas.
Una vez concluida, esta gran infraestructura renovable tendrá capacidad de almacenamiento suficiente para dar servicio a dos millones de hogares portugueses durante un día entero y contribuirá a los objetivos de reducción de emisiones fijados por el Gobierno de Portugal.
Además, Iberdrola lanzó hace más de un lustro un plan de acción socioeconómica para la zona de influencia que, dotado de más de 50 millones de euros, se ha destinado a impulsar iniciativas sociales, culturales y medioambientales. Estas ya están dando sus frutos en los siete municipios beneficiados por el proyecto: Vila Pouca de Aguiar, Riberia de Pena, Boticas, Chaves, Cabeceiras de Basto, Montalegre y Valpaços.
El desarrollo de este gran complejo ha sido posible gracias a la apuesta decidida de Iberdrola por un modelo energético sostenible, que comenzó hace ya dos décadas, y al entorno de estabilidad logrado por el Gobierno de Portugal en los últimos años.
En este sentido, Ignacio Galán ha transmitido a António Costa que “emprender infraestructuras como esta (una de las mayores de Europa) solo es posible si se dispone de una planificación clara, un marco estable, una seguridad jurídica y un diálogo permanente para buscar soluciones a las inevitables incidencias que pueden surgir a lo largo de su construcción y operación”.
Asimismo, Galán ha felicitado al primer ministro por el proceso de recuperación económica experimentado por el país: “Partiendo de estas condiciones incentivadoras, el éxito de su programa económico y su agenda social han hecho que durante su mandato se haya incrementado la inversión extranjera directa hasta niveles récord”.
Apuesta renovable en Portugal
Las tres plantas que integran la gran gigabatería del Tâmega (Gouvães, Daivões y Alto Tâmega) suman una potencia de 1.158 megavatios (MW).
Al proyecto del Tâmega se sumarán además nuevos desarrollos renovables de Iberdrola en Portugal: la compañía se ha adjudicado recientemente capacidad solar para más que duplicar su potencia renovable operativa en el país y promueve ya nuevos proyectos de capacidad eólica en la región del Tâmega, que implican una inversión de 200 millones de euros. Así, podrá suministrar energía limpia a sus más de 800.000 clientes portugueses.
De este modo se pone de manifiesto el compromiso de Iberdrola con Portugal y su voluntad de permanencia en el país. Así, al terminar su intervención ante el primer ministro, Ignacio Galán ha afirmado: “Puede estar seguro de que continuaremos impulsando la transición energética en este país, y con ello la creación de riqueza y bienestar para todos los portugueses”.
La tecnología de bombeo, el almacenamiento más eficiente
La gigabatería del Tâmega aportará casi 900 MW de capacidad de bombeo al sistema eléctrico portugués, lo que implicará un incremento superior al 30% respecto a los megavatios de bombeo de los que dispone a día de hoy el país vecino.
Las plantas de bombeo constituyen en la actualidad una salvaguarda para el sistema eléctrico, ya que permiten almacenar energía elevando el agua de un embalse inferior a otro ubicado a más altura. Esto hace que se pueda generar una gran cantidad de electricidad de forma rápida, al turbinar el agua de bajada al embalse inferior. Y todo ello sin generar ningún tipo de emisión contaminante a la atmósfera.
Así, la energía sobrante en períodos de bajo consumo se utiliza para bombear agua de un embalse inferior a otro superior, obteniendo una energía de gran calidad que puede ayudar a cubrir las necesidades del mercado durante las horas de mayor demanda.
De este modo, la tecnología hidroeléctrica de bombeo es clave para garantizar la estabilidad del sistema eléctrico ante la intermitencia de otras fuentes de energía renovables, como la eólica o la solar fotovoltaica, que están llamadas a desempeñar un papel clave en la transición energética que propiciará la descarbonización de la economía.
Iberdrola prevé alcanzar los 90 millones de kilovatios hora (kWh) de capacidad de almacenamiento en 2022, lo que supondrá un aumento respecto a 2018 de casi un 30%: 20 millones de kWh más, equivalentes a 400.000 baterías de coches eléctricos o a 1,4 millones de baterías para uso residencial.