Ante la gravedad de los hechos comunicados se movilizaron inmediatamente y desde distintos puntos de la ciudad varias patrullas de la Policía Local que se desplazaron al lugar del requerimiento donde comprobaron que se trataba de un aviso falso.
Agentes de la Policía Local iniciaron entonces una serie de actuaciones que concluyeron con la identificación del poseedor del terminal telefónico desde el que se realizó el falso aviso al 112 y concluyeron que se trataba de un joven de 23 años ya conocido de actuaciones anteriores y contra el que se formuló una denuncia por los hechos descritos.
Según han recordado fuentes municipales a través de un comunicado, este tipo de conductas conllevan sanciones cuyo importe oscila entre los 10.001 y los 1.000.000 euros, en función de las circunstancias concurrentes.
La Policía Local de León ha recordado además que la realización de «llamadas maliciosas» de esta naturaleza no sólo provoca el empleo innecesario de recursos públicos sino que, al requerir una actuación de emergencia, «ponen un riesgo tanto a los usuarios de las vías públicas como a los propios agentes en su desplazamiento».