El Consejo de Colegios de Enfermería de Castilla y León resaltó hoy, con motivo del Día Internacional de la Prevención del Suicidio, que los profesionales de la enfermería tienen una posición privilegiada en el sistema sanitario para contribuir, “de manera decisiva”, a la prevención del suicidio. Gracias a su cercanía y contacto directo con los pacientes, estos profesionales son, en muchas ocasiones, los primeros en poder identificar los signos tempranos de riesgo, como el aislamiento social, los cambios de comportamiento o las expresiones de desesperanza.
El presidente del Consejo de Colegios de Enfermería de Castilla y León, Enrique Ruiz Forner, subrayó la importancia de la intervención temprana al precisar que los enfermeros no solo son responsables de proporcionar cuidados físicos, sino también de estar atentos a la salud emocional y mental de los pacientes. “En muchas ocasiones, somos los primeros en detectar señales de alerta en personas que atraviesan situaciones de crisis, lo que nos convierte en actores clave para frenar esta lacra social. A través de una escucha activa y empática, podemos ser el primer soporte en situaciones críticas", añadió.
De ahí que la organización colegial valoró, según un comunicado recogido por la Agencia Ical, que la enfermería, en colaboración con otros profesionales de la salud, puede ofrecer un apoyo integral, desde la identificación del riesgo hasta la implementación de intervenciones eficaces que ayuden a las personas en momentos de desesperación. La empatía, la escucha activa y la capacidad de generar un entorno de confianza son cualidades intrínsecas de la profesión que resultan esenciales para la prevención del suicidio.
Además, solicitó la colaboración entre todos los sectores de la sociedad y profesionales de la salud para avanzar en la lucha contra el suicidio. Es por ello que consideró que la salud mental debe ser una “prioridad”, y para ello es fundamental que se dote de los recursos necesarios a los servicios de atención sanitaria, especialmente en el ámbito de la Atención Primaria, donde la enfermería protagoniza un papel vital en la detección precoz de los problemas emocionales y en la prevención de conductas suicidas.
Por otro lado, el Consejo destacó las iniciativas desarrolladas en la Comunidad en los últimos años para mejorar la atención en salud mental y la prevención del suicidio, en las cuales el colectivo enfermero ha desempeñado un papel crucial. Entre las iniciativas, están la formación continua en salud mental para la atención de pacientes con trastornos mentales, poniendo un énfasis especial en la identificación de factores de riesgo y estrategias de prevención del suicidio. Estos programas de capacitación permiten a los profesionales estar mejor preparados para brindar un apoyo integral a los pacientes en riesgo; los protocolos específicos de atención en situaciones de crisis para la atención de personas en crisis suicida, lo que incluye una atención inmediata, derivación y seguimiento adecuado en función de las necesidades del paciente, y el impulso de programas de salud comunitaria de prevención a colectivos vulnerables, como jóvenes, personas mayores o quienes sufren enfermedades crónicas.
Ruiz Forner señaló que trabajan “intensamente” en la formación, como profesionales de la enfermería, para mejorar su capacidad de respuesta ante crisis suicidas pero consideró fundamental que todos los actores del sistema sanitario estén coordinados para poder proporcionar una atención integral y continua. “La prevención del suicidio no es tarea de un solo colectivo, sino de todos los que integramos el sistema de salud, y necesitamos un enfoque interprofesional", aseveró.
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