Un centenar de establecimientos burgaleses abrirá sus puertas este sábado en dos franjas horarias diferentes ante lo que consideraron una “agónica” situación que “está cobrando tintes dramáticos y muy preocupantes en la ciudad”, en la que muchos locales ven “imposible sobrevivir al final de año”. De este modo, anuncian desobediencia de las restricciones de cierre, en una medida que ha surgido desde la sociedad civil.
“Mientras crece la incertidumbre sobre cuándo y en qué condiciones se nos dejará regresar a nuestros trabajos, las diferentes administraciones públicas se pasan el balón unas a otras para ver quién tiene que ayudar. Los días pasan y la situación de muchas de nuestras familias y empresas va agravándose por momentos, hasta el punto de que ya no podemos aguantar más”, criticó este grupo de empresarios en un comunicado.
A su juicio, “no es una cuestión de falta de voluntad ni de solidaridad para con los demás, sino de supervivencia”. “Sabemos que la salud es lo primero y por eso, en nuestros establecimientos, siempre hemos adoptado las oportunas medidas de seguridad. Por ello, como muestra del momento límite que atraviesan nuestras empresas y familias y todos aquellos de viven directa o indirectamente de este sector, no nos queda más remedio que llevar a cabo el primer acto de desobediencia civil tras el inicio de las restricciones”, incidió el comunicado.
Así, la hostelería de la ciudad abrirá sus puertas de 12.30 a 14.30 horas y de 18 a 22 horas. La apertura no pretende “realizar la actividad ordinaria”, sino advertir a las administraciones de que “necesitan, de manera inmediata, medidas que acaben con las restricciones y permitan trabajar”.
Previo a la apertura de los establecimientos, a las 12 horas, se leerá un manifiesto en la Plaza Huerto del Rey. “No podemos quedarnos de brazos cruzados, viendo caer empresas, sabiendo que muchos compañeros no volverán a levantar las persianas, mientras las distintas administraciones se pierden en reuniones, planes, proyectos e ideas para el futuro”, concluyó.