En 2023, el sistema de gestión de aceites industriales usados en España (Sigaus) gestionó 8.153 toneladas de este residuo en Castilla y León, procedentes de 4.800 establecimientos de diversa tipología, con los talleres mecánicos como protagonistas. En ellos se recuperó el 36 por ciento (3.885 toneladas) del aceite usado que se generó en Castilla y León durante el pasado año. El 64 por ciento restante se recogió en la industria y otros muchos sectores, como el transporte, la energía, la construcción, la agricultura, la hostelería y los servicios públicos.
Según apuntan desde Sigaus en un comunicado recogido por Ical, el aceite de uso industrial es esencial para el funcionamiento de motores en todo tipo de vehículos y de maquinarias industriales. Al finalizar su vida útil, se convierte en un residuo peligroso, ya que durante su utilización se generan sustancias tóxicas y metales pesados debido a la exposición a altas presiones y temperaturas. Sin embargo, se trata de un residuo que puede ser aprovechado en su totalidad y utilizado en la fabricación de nuevos productos, como bases lubricantes o fuel BIA.
En Castilla y León, 4.800 establecimientos e instalaciones generaron aceites usados en 2023. En ellos Sigaus recuperó 10.812 toneladas brutas de residuo (incluyendo un 24,6 por ciento de agua y sedimentos), a través de 9.859 operaciones de recogida en 986 municipios castellanos y leoneses.
Durante el pasado año, el 94 por ciento de los municipios castellanos y leoneses en los que se efectuaron recogidas fueron rurales. En estas áreas se recuperaron 3.593 toneladas de aceites industriales usados, el 33 por ciento de la cantidad total recogida. En las zonas de montaña, donde la orografía aporta una complejidad adicional para el servicio de recogida, se recuperaron 2.417 toneladas en 249 municipios. Por otra parte, en 756 municipios de menos de 1.000 habitantes se recogieron 1.417 toneladas de aceite usado.
Adicionalmente, en zonas próximas a espacios naturales protegidos es especialmente importante la recuperación del residuo. En estos entornos se recogieron 283 toneladas de aceites usados, que se generaron en 244 establecimientos ubicados en las cercanías de 26 espacios protegidos. Un ejemplo, fue la recogida de 109 toneladas en 67 establecimientos en la Reserva de la Biosfera de la Meseta Ibérica.
El aceite usado puede ser especialmente nocivo en entornos hídricos (como ríos, lagos o embalses) porque no es biodegradable y por su capacidad de infiltración y bioacumulación. Se estima que el vertido de un litro de aceite usado puede contaminar un millón de litros de agua, y puede perdurar durante 15 o 20 años, impidiendo su oxigenación y dañando los ecosistemas acuáticos. En el entorno de recursos hídricos de Castilla y León se recuperaron 248 toneladas de aceites usados generados en 184 puntos de generación.
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