Castilla y León presentó en el tercer trimestre del año, la quinta menor brecha en la tasa de paro entre hombres y mujeres de 55 años o más, con 0,83 puntos de diferencia, frente al 4,19 nacional, lo que la sitúa como una de las autonomías que mejor ha avanzado en este sentido hacia la igualdad laboral entre este colectivo.
Tal y como desvela el ‘IV Mapa de Talento Sénior. La brecha de género’, analizado por Ical, entre julio y septiembre, la tasa de desempleo entre las féminas sénior fue del 8,72 por ciento, frente al 7,89 de los varones, lo que deriva en una tasa única del 8,28 por ciento. En España, es del 13,09 por ciento para ellas y del 8,9 para ellos, con lo que la brecha alcanza el 4,19 por ciento, con una tasa global del 10,84 por ciento.
En una situación más equilibrada que Castilla y León se encuentran Cataluña, con una diferencia de 0,62 puntos; y la Ciudad Autónoma de Ceuta, con el 0,3. Mientras, Murcia y Baleares anotan mejores tasas de desempleo en favor de las mujeres mayores de 55 años que para las hombres, con una brecha de 2,24 puntos para el caso de la primera y de 0,42 para el archipiélago. Por contra, Canarias es la Comunidad con una mayor diferencia, con hasta 10,89 puntos a favor de los varones, con una tasa de paro del 9,95 por ciento para ellos y del 20,84 para ellas.
Las tasas masculinas de actividad son superiores a las femeninas en todas las comunidades autónomas, pero las diferencias entre los sexos son muy distintas de unos territorios a otros. La diferencia más pequeña corresponde a Asturias y en el grupo de cabeza se sitúan, además, Navarra, Galicia, Baleares y Castilla y León. En el lado opuesto, aparecen la Comunidad Valenciana, Andalucía, Murcia, Extremadura y Castilla-La Mancha.
Así, Castilla y León cuenta con una tasa de actividad del 29 por ciento para mayores de 55 años: 32,8 para hombres y 25,5 para mujeres, con una diferencia de 7,3 puntos, también la quinta más baja, tras Asturias (3,4), Navarra (5,5), Galicia (6,7) y Baleares (7,1).
El informe explica que pese a los avances recientes, las mujeres tienen “peores tasas de emprendimiento, trabajo autónomo, actividad, empleo y niveles más altos de desempleo”. También tienen peores sueldos, con brecha salarial de hasta el 27 por ciento, en la franja de más de 65 años, así como muy poca presencia en los cargos de gerencia y alta dirección, y una “percepción social de invisibilidad” con respecto a su trabajo que, en muchos casos, “se vincula a los cuidados y al voluntariado”.
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