Castilla y León es la tercera autonomía española que concentra una mayor proporción de accidentes mortales nocturnos en la última década, ya que un 4,1 por ciento de los siniestros registrados en la Comunidad se han producido de noche, solo por detrás del 5,8 por ciento anotado en Navarra y del 5,1 por ciento de Castilla-La Mancha. Así se desprende del estudio ‘Conducción nocturna: riesgo, accidentalidad y percepción de los conductores españoles (2013 – 2023)’, elaborado por Fundación Línea Directa, en colaboración con la Fundación para la Seguridad Vial (Fesvial).
Ese ratio se sitúa muy por encima de la media española (cifrada en el 2,2 por ciento de los accidentes), y más lejos aún de los datos de la Comunidad de Madrid (1,1 por ciento), Cataluña (1,3 por ciento) y País Vasco (1,5 por ciento).
El informe, que analiza todos los accidentes nocturnos registrados en la última década a 30 días del siniestro, se completa con una encuesta realizada a 1.700 conductores de toda la geografía española que recoge sus opiniones y hábitos sobre la conducción nocturna.
Los expertos advierten que durante la conducción nocturna el campo de visión se reduce un 20 por ciento, afectando, entre otras capacidades, a la percepción de la velocidad, la identificación de las señales y la visión periférica y de profundidad. Factores como la somnolencia, los deslumbramientos, la ‘hipnosis de la carretera’ y las imprudencias han convertido a la conducción nocturna en un verdadero riesgo en España. No en vano, desde 2013 se han producido en España más de 276.000 accidentes nocturnos, con un balance preocupante: más de 6.500 personas fallecidas y un incremento del 24,5 por ciento entre los años 2013 y 2023. En el caso de Castilla y León, se han registrado 10.971 accidentes nocturnos en el mismo periodo, con más de 500 fallecidos.
Los mayores temores de los castellanos y leoneses cuando conducen de noche son la falta de visibilidad, los deslumbramientos y la somnolencia. Por este último motivo, el 7 por ciento de los conductores castellanos y leoneses afirma haber sufrido un accidente por la noche y el 18 por ciento asegura haber estado a punto de tenerlo. Los encuestados de la Comunidad proponen como posibles soluciones mejorar la iluminación de las vías convencionales (66 por ciento) y prohibir a ciclistas (40 por ciento) y peatones (22 por ciento) circular por vías interurbanas de noche.
En un comunicado difundido por Ical, recalcan que pese a que este tipo de accidentes “solo” aportan un tercio del total de fallecidos en accidentes de tráfico, su letalidad es mucho más elevada que la de los siniestros diurnos, ya que en proporción, registran un 55 por ciento más de fallecidos que los accidentes que ocurren de día (1,7 por ciento de fallecidos sobre el total de víctimas frente al 1,1 por ciento de los diurnos) y, cualitativamente, un 10,5 por ciento más de heridos graves (7,4 frente al 6,7 por ciento). Además, entre 2013 y 2023, más de 1.500 peatones y más de 1.300 motoristas perdieron la vida en accidentes nocturnos, lo que supone el 24 y el 20 por ciento del total de fallecidos.
Según el estudio, la víctima más habitual en este tipo de accidente es un hombre (75 por ciento) de unos 38 años de media y con casi 20 años de experiencia al volante. El vehículo más habitual en estos siniestros suele ser un turismo ya que está presente en el 78 por ciento de los accidentes nocturnos, que suelen ocurrir en zona urbana. Sin embargo, los accidentes en zona interurbana son, por lo general, mucho más letales debido a diversos factores, entre los que destaca la velocidad.
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