La Asociación Española de Economía del Trabajo (AEET) apostó este martes en Valladolid por una transición “amable”, con las ayudas públicas y la formación para minimizar, a corto plazo, el impacto de la inteligencia artificial (IA) en el mercado laboral, ante la previsible destrucción de puestos de trabajo.
Con motivo del foro ‘Tecnologización y políticas del mercado de trabajo’, organizado por el Consejo Económico y Social (CES) de Castilla y León y la AEET, el presidente de la asociación, Ángel Luis Martín, subrayó que las políticas públicas tienen que hacer una transición para que los que pierdan un empleo no sufran muchos gracias a una renta de “sostenimiento” y la formación hacia puestos de trabajos que se crearán. En este sentido, abogó por ayudar a estas personas para que se formen en las nuevas actividades y tareas que aparecerán en la nueva economía.
Y es que según apuntó la economista del Banco Central Europeo (BCE), Ana Lamo, las ocupaciones más expuestas a la inteligencia artificial son las que más empleo han creado, por los grandes beneficiados han sido los trabajos altamente cualificados y los que empleaban a personas jóvenes. Una realidad que tiene consecuencias para la política económica, ya que las políticas tienen que apostar por la formación.
Recordó, según recogió la Agencia Ical, que el estudio de investigación ‘Nuevas tecnologías y el mercado laboral en Europa’ analizó el impacto de la inteligencia artificial en el mercado laboral de los países de la Unión Europea en el periodo entre 2010 y 2019 para comprobar si esta nueva tecnologización había sustituido o complementado al empleo. “En algunas economías, ha aumentado la productividad con la IA pero la senda general es que se destruyen ocupaciones mientras se crean otras”, añadió.
No en vano, utilizando datos de ocupaciones a nivel de tres dígitos en Europa, la proporción de empleo ha aumentado en ocupaciones más expuestas a la IA, con una proporción “relativamente mayor” de trabajadores jóvenes y calificados. Una evidencia que según, el trabajo del BCE y el Banco de España, está en línea con la teoría del cambio tecnológico sesgado por las habilidades. Si bien existe heterogeneidad entre países, sólo muy pocos países muestran una disminución en la proporción de empleo en ocupaciones más expuestas a la automatización habilitada por la inteligencia artificial.
Ángel Luis Martín apuntó que no se sabe si habrá una sustitución de los trabajadores por otro capital, al igual que tuvo lugar en otras épocas de la historia. “El pasado ha supuesto la sustitución de trabajos existentes por otros nuevos y el efecto neto ha sido, hasta ahora, positivo, ya que hay más personas empleadas y con un aumento de la calidad de vida y el bienestar”, precisó. En todo caso, auguró que, a corto plazo, habrá gente que pueda perder su empleo, que se unirá a otros problemas del mercado de trabajo español como el desempleo alto, la alta volatilidad y la productividad.
Los representantes de los agentes sociales que asistieron al foro como María Fe Muñiz (UG) y Nieves Granados (CCOO) coincidieron que esta tecnologización coincide con la transición ecológica, sin olvidar algunos problemas como el reto demográfico en la Comunidad. Muñiz también se refirió al impacto de la robótica y la inteligencia artificial en la seguridad y salud de los trabajadores. Por su parte, Juan Ignacio Dénchez, de CEOE Castilla y León, reconoció que la aplicación de la tecnología al mercado laboral se debe de estudiar de forma “más concreta” por la peculiaridad del mercado laboral autonómico.
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