La AIReF constanta "falta de planificación estratégica" en el sistema universitario en Castilla y León

Considera que existe un desajuste entre las plazas ofertadas y su demanda y heterogeneidad en la especialización investigadora

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Universidad de Salamanca
Universidad de Salamanca

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha publicado un estudio sobre el sistema universitario público de Castilla y León, en el que analiza su marco estratégico, la organización de la docencia y el desempeño investigador. En el informe, constata “falta de planificación estratégica” que priorice los objetivos de la educación universitaria en la Comunidad, “amplia heterogeneidad y complejidad” en las metodologías de los planes de ordenación docente de las cuatro universidades públicas, un desajuste persistente entre las plazas ofertadas y su demanda y diferencias en la especialización investigadora.

En primer lugar, la AIReF señala que la Junta no dispone de la programación universitaria prevista en la Ley de Universidades de Castilla y León, lo que conlleva la ausencia de un documento que establezca la planificación estrate?gica y priorice los objetivos de la educación universitaria en la comunidad.

En el ejercicio de su autonomía, las cuatro universidades de Castilla y León contemplan en sus estatutos la elaboración de instrumentos de planificación estratégica plurianual. Sin embargo, considera que estas herramientas no abordan con suficiente detalle algunos de los ejes fundamentales como la investigación o la docencia. La AIReF considera que las universidades deben aprovechar este marco de gobernanza para elaborar una planificación “más proporcionada, con ejes y objetivos equilibrados, precisos y alineados”.

En segundo lugar, la AIReF analiza los planes de ordenación docente de las cuatro universidades públicas y pone de manifiesto la “amplia heterogeneidad y complejidad” en las metodologías, así como la falta de vinculación con la planificación estratégica de las universidades. Según explica, esto dificulta conocer y comparar la realidad de las capacidades y necesidades lectivas. 

Tras el proceso de homogeneización llevado a cabo por la AIReF a partir de los microdatos de la capacidad y encargo lectivo del personal docente e investigador para el curso 2021-2022, esta evaluación pone de manifiesto que la capacidad lectiva neta, tras las reducciones aplicadas, supone un 66,5 por ciento del total. 

Este dato concuerda con el resultado de los datos de encargo lectivo. La heterogeneidad entre universidades se observa tanto en la contabilización de la capacidad lectiva (por ejemplo, tipos de reducciones) como en el encargo lectivo (por ejemplo, distinto tamaño de grupos, tipologías de asignaturas, etc.) lo que dificulta su comparación. Por último, la AIReF concluye que, para el mismo grado de experimentalidad, no existe una relación positiva clara entre tamanño de los grupos de docencia e indicadores de resultados.

En tercer lugar, la AIReF constata un “desajuste persistente” entre las plazas ofertadas en las titulaciones de las universidades públicas de Castilla y León y su demanda por parte de los estudiantes de nuevo ingreso. Este “desequilibrio”, explica, es común en el sistema universitario español, pero se ha evidenciado una “mayor escasez” de plazas en Castilla y León, principalmente en titulaciones de las ramas de ciencias sociales y jurídicas y de ciencias de la salud. También se ha hallado una oferta de plazas no cubiertas superior en las ramas de artes y humanidades e ingeniería y arquitectura.

Además, indica que esta falta de correspondencia entre oferta y demanda de plazas perdura a lo largo del periodo examinado, desde el curso 2015/2016 hasta el curso 2022/2023. De un lado, las cuatro universidades públicas, no aumentan ni disminuyen plazas para converger a las preferencias de los estudiantes de nuevo ingreso. Del otro lado, se evidencia la posible existencia de un problema de señalización, ya que parte de la demanda de titulación por parte del alumnado, especialmente de arquitectura e ingenierías, no se corresponde con los últimos datos de empleo observados entre los egresados más recientes.

En cuarto lugar, del análisis de la producción científica, entre 2017 y 2021, se desprende que la especialización investigadora de las universidades de Castilla y León es “heterogénea”. En concreto, la AIReF detecta que la Universidad de Burgos presenta ventaja comparativa en la producción de publicaciones totales y del primer cuartil en historia, filosofía y arte, ingeniería mecánica, y especialidades sanitarias. 

Por su parte, la Universidad de León destaca en arquitectura, ingeniería civil, construcción y urbanismo, ingeniería eléctrica y de telecomunicaciones, ingeniería mecánica, historia, filosofía y arte, ciencias biomédicas y especialidades clínicas afines, y ciencias de la educación. La de Salamanca tiene una mayor proporción de publicaciones totales y en el primer cuartil en ciencias empresariales, ingeniería informática, arquitectura, ingeniería civil, construcción y urbanismo, y matemáticas. Finalmente, la de Valladolid registra especialización relativa en investigación en ciencias de la naturaleza, ingeniería química, de los materiales y del medio natural, e ingeniería eléctrica y de telecomunicaciones.

Propuestas

A partir de estos hallazgos, la AIReF considera fundamental la elaboración de una planificación estratégica anual por parte de la Junta que sirva de referencia, tanto para el modelo de financiación, como para los planes estratégicos y las normativas de desarrollo de cada universidad.

Por otro lado, la AIReF plantea una serie de mejoras en los planes de ordenación docente elaborados por las universidades, como simplificar y homogeneizar su contenido, su estructura y su metodología de elaboración, vincular las descargas de capacidad lectiva a la planificación estratégica, y desligar progresivamente su elaboración, al cálculo de necesidades docentes y de contratación.

Asimismo, propone realizar un examen pormenorizado de los desequilibrios entre plazas ofrecidas y demandadas, así como diseñar mecanismos de ajuste para la corrección de la brecha a lo largo del tiempo, en línea con la planificación de cada universidad. Por último, propone analizar las áreas de conocimiento de cada universidad que han destacado en esta evaluación por su producción científica y promover el uso de sus prácticas al resto de áreas.

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