Campo

UPA-COAG sostiene que el campo no soporta más la presión de la fauna sobre los cultivos

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Es generalizado el malestar en el sector agrario al constatar los graves daños y perjuicios económicos que le está provocando la fauna en los cultivos, y ya no solo en determinadas zonas tradicionales de fauna mayor, sino que se han ido haciendo  extensivas, primero a sus zonas de influencia, para que ya actualmente se ha generalizado a la inmensa mayoría del territorio de nuestra provincia. 

En zonas como la Sierra de La Culebra ya son testimoniales las siembras de cultivos, pues la fauna ocasiona daños del 100% en las producciones. La indignación de la población de la zona es patente, pues ni los huertos domésticos consiguen salvarse de los daños, a pesar de las medidas disuasorias que se toman. 

Poblaciones de ciervos, partiendo de la Sierra de La Culebra han ido colonizando superficies de zonas limítrofes, donde han encontrado mejor sustento, para posteriormente desplazarse y asentarse en Los Valles de Benavente y otras zonas limítrofes. Y este esquema, de no controlar las poblaciones, se seguirá reproduciendo para el resto del territorio de nuestra provincia.

Con respecto al jabalí, existen poblaciones estables ya en toda la geografía provincial, pues dada su alta densidad, y partiendo de zonas tradicionales de monte y matorral, se han ido asentando en superficies de cultivos de primavera, principalmente de maíz, tanto en las vegas con regadíos de canal como en superficies aisladas de regadío mediante pozos de sondeo, provocando con sus daños que determinados agricultores se estén planteando el abandono de este tradicional cultivo, sin alternativa rentable que le sustituya.

Durante estos últimos años parece que determinados cotos de caza, incluso la Administración en sus Reserva de Caza,  solo se han preocupado por obtener más y mejores trofeos de caza, y ello sobre la base de una mayor densidad de hembras, sobre las que no se ha ejercido ningún tipo de control porque no interesaba económicamente. Pero esa falta de control sobre el cumplimiento de los planes cinegéticos ha supuesto a medio plazo el desmedido incremento de ejemplares que han ido colonizando territorios.

Y la solución no la ofrecen las posibles indemnizaciones por parte de los cotos de caza. Las reclamaciones emprendidas por parte de agricultores contra los cotos de caza, éstos en muchos casos de caza menor que no tienen en sus planes cinegéticos el aprovechamiento de la caza mayor, lo que generan son innecesarios enfrentamientos entre agricultores y cazadores, que conviven en un mismo entorno. Por otra parte son procesos costosos, que necesitan de peritación, y de intervención jurídica. 

Por ello desde la Alianza COAG – UPA reiteradamente se ha puesto de manifiesto ante la Administración Regional, que el tema es tan preocupante, de tal calado, que debe establecer un Plan  Integral  de control poblacional de la fauna, y ya no solo en aquellos terrenos sobre los que tiene la gestión y responsabilidad (Reservas de Caza, ….), sino también en los de los cotos de caza. El campo zamorano no soporta más esta presión sobre sus producciones.

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