La Unión de Campesinos de Castilla y León advierte del peligro de las maniobras empleadas por las grandes industrias lácteas de Castilla y León de embaucar a la Administración para fomentar la producción de leche de cabra en la comunidad autónoma, debido según ellas, a la alta demanda que tiene este producto por las empresas que trasforman en Castilla y León.
La Unión de Campesinos de Castilla y León denuncia las prácticas empleadas por las industrias cuyo único objetivo es obtener un mayor beneficio a consta de los ganaderos de caprino, que al igual que ocurre en ovino, no logran cubrir los costes de producción, que esta organización agraria estima en 0,65 €/litro cuando la producción es en extensivo y de 0,75 euros/litro cuando es estabulado.
Cabe destacar que se ha producido una disminución continuada del precio medio ponderado pagado por la industria a los ganaderos en el último año, registrándose en Castilla y León en el mes de agosto de 2018 una disminución del 5,6% respecto al mismo mes de 2017, situándose en 0,556 euros el litro, según datos de las declaraciones obligatorias publicados por el FEGA,
Llama mucho la atención cómo Castilla y León, una de las Comunidades Autónomas que más esfuerzo ha realizado para conseguir mejorar la calidad de la leche de caprino gracias al trabajo de la Administración, de los veterinarios y del esfuerzo continuado que ha realizado los ganaderos, no se ha visto reflejado en el precio al sector productor de nuestra comunidad, que es una de las regiones con los importes más bajos, por delante de Castilla la Mancha (0,531euros/L), Asturias (0,541euros/L) y Andalucía (0,551euros/L).
Esta Organización agraria apunta que nadie pone en valor la alta calidad sanitaria que tienen las explotaciones de caprino de Castilla y León, y considera un atropello y un abuso para el sector, que los precios se encuentren por debajo de los costes de producción, cuando debería estar 5 o 6 céntimos por encima del resto de comunidades autónomas, debido a la alta calidad con la que se produce la leche y a los altos niveles de calidad a la que es sometida.
UCCL apunta que se deben formalizar contratos a largo plazo, con un mínimo de 3 años de duración, pero con un precio mínimo que al menos cubran los costes de producción que eviten la pérdida de ganaderos de caprino de nuestra región.