"El alto índice de arrendamiento es uno de los mayores lastres para la rentabilidad del sector agrario de Castilla y León". Las cifras oficiales confirman lo denunciado desde Asajay así se refleja en un reciente informe sobre los perceptores de ayudas de la PAC, elaborado por los grupos que están trabajando en el Plan Estratégico de España para la PAC post 2020, donde se destaca la “muy baja tenencia en propiedad” existente en la agricultura de Castilla y León. Subraya como especialmente preocupante que solo el 24 por ciento de sus casi tres millones de hectáreas de cultivo de secano declaradas por perceptores de la PAC lo es en propiedad, y poco más, un 29,4 por ciento, de la superficie de regadío.
Estos porcentajes están muy por debajo de la media nacional, ya que un 49,9 por ciento del secano y un 57,6 por ciento del regadío es propiedad de los agricultores que los trabajan en España. Y aún es mayor la distancia de Castilla y León respecto a comunidades similares por dimensiones, como Castilla-La Mancha (70,5 propiedad en secano y 79,4 en regadío), Andalucía (71,6 en secano y 70,7 en regadío) o incluso la vecina Aragón (46,1 en secano y 61,1 en regadío).
Igualmente, Castilla y León está por debajo de la media nacional de tenencia en propiedad en superficie de cultivos permanentes (leñosos, como vid, frutales, olivo), con un 56,7% de propiedad, frente al 79,4% nacional, y en superficie de pastos permanentes, de los que solo un 16,3 por ciento son propiedad de los ganaderos, frente a la media del 39,1 por ciento nacional.
Para los expertos que forman parte de estos grupos de trabajo que están estudiando los problemas y potencialidades del sector agrario español para que sean tenidos en cuenta de cara a la nueva PAC, la baja tenencia de la tierra en agricultura es un dato para tener muy en cuenta tanto a la hora de valorar la competitividad de las explotaciones, como a la de comprender las dificultades con las que se encuentran los jóvenes para incorporarse al sector. De hecho, como subraya ASAJA, “estamos hablando de los dos principales problemas de la agricultura de Castilla y León, la falta de rentabilidad y la pérdida de activos”.
"La burbuja se ha trasladado a la compraventa"
Como ejemplo, y considerando una hectárea de secano en la que como media se obtengan 3.000 kilos, a 180 euros por tonelada, más la ayuda de la PAC, se obtendría un máximo de 700 euros por hectárea, ingresos brutos de los que habría que descontar unos gastos de 500 euros por hectárea. Pero a esos 200 euros restantes aún faltaría restar la renta de la tierra, por lo que son “más que preocupantes las cifras que se están alcanzando, sobre todo en algunas zonas de la comunidad, una burbuja que se ha trasladado a la compraventa, con cantidades muy por encima de la valía real de los terrenos”, denuncia ASAJA.
Para la OPA, “no se entienden las barbaridades que se están pagando”, y menos en una comunidad envejecida y despoblada como la nuestra, con un número de agricultores que ronda los 40.000 profesionales reales, y que para 2030, en una década, apenas serán 25.000 activos. “Demasiadas veces, empujados por ser más que el vecino o por echar las cuentas con demasiado optimismo, la renta es tan alta que no queda ningún margen de beneficio. Y así, muchos agricultores están abocados a arruinarse trabajando”, alerta Donaciano Dujo, presidente de Asaja Castilla y León, que destaca la importancia de actuar “con sentido común y cabeza fría para que los agricultores no se embarquen en operaciones impulsivas, descabelladas y a la postre, ruinosas”.