La declaración ha sido presentado por Eslovenia y Portugal y han ella se han adherido, además de España, Francia, Italia, Bulgaria, República Checa, Chipre, Estonia, Grecia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Rumanía y Eslovaquia.
En ella, estos países denuncian que las normas actuales no aportan a los consumidores una información "amplia y creíble" sobre la procedencia de la miel que adquieren, puesto que, en el caso de mezclas, permite que sea etiquetada como "mezcla de mieles de la UE", "mezcla de mieles de fuera de la UE" o "mezcla de mieles de la UE y de fuera de la UE".
El texto señala que esta última categoría supone un "sesgo" informativo para los consumidores, puesto que la miel importada de terceros países es más barata que la europea y el precio sigue siendo el "elemento principal" de la decisión de compra.
"En consecuencia, los consumidores que optan por un producto más barato reciben menos información que los que eligen los más caros", explican. "Creemos que los consumidores europeos deberían recibir la misma información de calidad independientemente del precio del producto", añaden.
En el debate ha tomado la palabra por parte de España el secretario general de Agricultura y Alimentación, Fernando Miranda, quien ha valorado que la declaración "recoge muy bien" las preocupaciones de un sector apícola español que se encuentra en "grandes dificultades" porque "no puede competir" con las importaciones de mezclas de terceros países.
Miranda ha explicado que España está modificando la normativa nacional sobre etiquetado de miel para introducir los países de origen, pero no ha podido incluir por no permitirlo las reglas comunitarias el porcentaje de cada origen.
En este sentido, ha confiado en que una futura modificación de la normativa europea permita introducir "más información y trazabilidad" en el etiquetado de la miel. En este contexto, ha pedido también que se armonicen a nivel comunitario todas las reglas sobre etiquetado de productos agroalimentarios.