El Plan General de Ordenación Urbana de Zamora, aprobado por el Ayuntamiento en junio de 2011, recalificaba, a juicio de la Junta Agraria, de forma arbitraria una importante superficie de suelo rústico del municipio, delimitando 55 sectores para una superficie urbanizable de aproximadamente 850ha. Esto permitiría acoger una población de hasta 140.000 habitantes. “Sin embargo, viendo la evolución demográfica de la ciudad, la realidad es que en los últimos 25 años la población de la capital ha disminuido, lo cual poco tiene que ver con un planteamiento sostenible y ajustado a las necesidades económicas y demográficas”, exponen.
Fruto de la calificación urbanística del PGOU de junio de 2011 al respecto del suelo urbanizable, se procedió ya de forma efectiva en 2013 a la actualización y aplicación, tanto por parte del catastro respecto de la naturaleza y valores de dichas superficies, como por parte de Hacienda de la Junta de Castilla y León en sus informes de valoración a efectos de determinados impuestos cedidos.
“Ello supuso una revalorización en más de cien veces el valor previo, con el consiguiente incremento desmesurado de la carga impositiva - Impuesto Bienes Inmuebles, Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, Impuesto de Sucesiones y Donaciones -, completamente inasumible para los propietarios, vulnerando así claramente el principio de capacidad económica del contribuyente”, denuncian desde la Junta Agraria.
En este sentido, la propuesta que realizan desde este colectivo es la reversión de la calificación urbanística de dichos suelos, de urbanizables a rústicos, “para corregir estos negativos efectos tributarios, así como otros limitantes que se derivan de dicha calificación para acometer construcciones vinculadas a determinadas inversiones, dado que con el Plan vigente no es posible otra actividad de desarrollo distinta de la urbanizadora”.
A instancias de los agricultores, que interpusieron recursos judiciales, algunos de estos sectores recalificados fueron declarados nulos por sentencia de TSJdeCyL, superficies que ya han corregido sus elevados valores catastrales y de valoración real o de mercado. También revertieron a suelo rústico los suelos de regadío de Villagodio sobre los que la Junta de Castilla y León pretendía desarrollar el Plan Regional Zamora-Duero.
En esa misma línea de necesidad de reversión a rústico de determinados sectores urbanizables, el pasado mes de mayo ya la Junta Agraria presentó ante el Ayuntamiento una consulta sobre la viabilidad en 15 sectores, de los cuales los servicios de Urbanismo del Ayuntamiento desestimaron algunos, porque ya había desarrollo pormenorizado o se proyecta en ellos determinadas infraestructuras públicas. “Por tanto, la propuesta de modificación del PGOU que próximamente se va a elaborar comprenderá 10 u 11 sectores, para aproximadamente unas 300,00 ha, un 36% del suelo urbanizable inicial”, apuntan.
Por otro lado, la propia normativa urbanística de la Junta de Castilla y León para los sectores en los cuales no hay desarrollo de planes parciales, establece que la calificación urbanística podría acabar caducando en determinados plazos, a medio/largo plazo. En este sentido, la Junta Agraria estima que “se hace por tanto necesario solicitar la modificación del PGOU de forma inmediata, en la pretensión de que a muy corto plazo se reviertan a rústicos determinados sectores urbanizables, evitando con ello los efectos tributarios negativos y las limitaciones de actividad que actualmente se están soportando consecuencia de la calificación urbanística de dicho suelo”.
Para dar explicación de todo ello, la Junta Agraria Local ha organizado una asamblea informativa dirigida a todos los agricultores y propietarios afectados, que tendrá lugar el próximo 30 de noviembre, a las 20:00 horas, en el Palacio de La Alhóndiga, y contará con la participación de técnicos y juristas del ámbito urbanístico.
La Junta Agraria Local promueve una iniciativa para la Modificación del Plan General de Urbanismo de Zamora
Aseguran que las consecuencias tributarias y las limitaciones que supone para el desarrollo de nuevas actividades económicas en suelo urbanizable hacen necesario una reversión a suelo rústico de determinados sectores.
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