El ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, MITECO,ha puesto por escrito sus planes para gestionar la presencia del lobo en losmontes y llanuras españoles durante los próximos años y ha llamado a esareflexión “Borrador de la Estrategia para la Conservación y Gestión del Lobo enEspaña”. Pero sus conclusiones no han gustado a todo el mundo.
Según COAG, de momento, todas las Comunidades Autónomas quealbergan lobos se han puesto en contra. Radicalmente. Coinciden en que noaprueban la extinción del lobo, pero tampoco la del ganadero. Las comunidadesson Cantabria, Asturias, Galicia y Castilla y León, que cuentan con 12, 37, 84y 179 manadas de lobos respectivamente. Fuera de ellas, solo hay 5 manadas enEspaña. Son a quienes más afectan y quienes más se han enfadado con lapretensión del ministerio de “garantizar la conservación a largo plazo de laespecie”. Para ello quiere “alcanzar las 350 manadas de lobo en España para elaño 2030, reducir la persecución ilegal del lobo y aumentar entre un 10 y un20% el área de distribución actual para el año 2030”.
COAG también ha mostrado su disconformidad con el proyectoasegurando rotundamente que las pretensiones de Ribera puedan acabar con laganadería extensiva en el norte de España. Rechaza la idea de incrementar en un20 por ciento las manadas, y sobre todo que lo haga a lo bruto, o sea, sinningún estudio previo de cuál sería el impacto causado al ganado de cada zona.
Pero la realidad camina dispar para las pretensiones deMITECO y de los animalistas. La realidad es que el lobo en España estáperfectamente protegido. Un estudio realizado por los servicios técnicos deCOAG CASTILLA Y LEÓN concluye que “la población (de lobos) de la Penínsulaibérica no está considerada como vulnerable y se encuentra comparativamentemejor que la media europea. En el caso concreto de Castilla y León su estado deconservación es favorable. Además, el estado poblacional ibérico está encontinuo aumento numérico (el mayor de la UE si se exceptúa Alemania, que partede una población muy pequeña) y de expansión geográfica”.
Europa cuenta con 14.000 lobos de los que España tendría unos2.500, es decir, en torno al 18,5%. Y Castilla y León representaría el 50% delos lobos de la Península Ibérica, y el 60% de los lobos españoles. España esjunto con Rumanía los dos países con mayor población de lobos en la UE.“Además, la población al norte del Duero ha aumentado considerablemente ennúmero, manadas y extensión, llegando a repoblar territorios al sur del Duero”,explica el informe de COAG.
Por tanto, los ganaderos, principalmente, pero también otrosmuchos colectivos, no entienden que el canis lupus precise una protecciónespecial. Ahí van las cifras, si hubiera alguna duda: En 2019, según laConsejería de Medio Ambiente, los lobos atacaron las granjas de la región en2.579 ocasiones, mataron a 3.774 reses y generaron pérdidas cercanas a los 2millones de euros.
Por todo ello, resaltan que no parece que el lobo requierade especial protección, como no lo hace en los países de nuestro entorno dondelas medidas de control son más rigurosas. Por ejemplo, en Alemania, se permiteque los ganaderos disparen a los lobos si estos ponen en peligro a laganadería; en Francia se considera que el umbral de viabilidad son 500ejemplares (España tiene 2.500, y más de 1.500 solo Castilla y León); Noruegaaprobó la eliminación del 70 por ciento de su cabaña; y en Estados Unidos, trasalcanzar la cifra de 6.000 ejemplares, dejó de ser especie protegida.
Así, mientras en Castilla y León, donde se estima que hayunos 1.500 lobos, se permite un control poblacional de hasta 113 ejemplares (el7,5 %), en Francia, con un censo de 500 lobos (que era el número que esperabanalcanzar en 2023 pero al que llegaron ya en 2019), se incrementó el porcentajede ejemplares a abatir desde el 10 hasta el 17 por ciento (85 ejemplares). “Lodicho: no sólo no somos los que menos protegemos al lobo sino al contrario,somos sus mayores protectores. Por eso Castilla y León, una de las comunidadesmás despobladas, es un paraíso para el lobo”, concluyen.