El consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Jesús Julio Carnero, ha participado este miércoles en Madrid en el Consejo Consultivo preparatorio, previo al próximo Consejo de Ministros de Agricultura de la Unión Europea del próximo día 27.
Todo después de que previamente enviara una carta al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, donde le ha manifestado varias peticiones fundamentales para los intereses de Castilla y León, como son:
-Contar con los instrumentos necesarios para equilibrar la cadena de valor y minimizar las tensiones comerciales como las derivadas del Brexit o la aplicación de aranceles a los productos de la Comunidad por parte de Estados Unidos,
-Reducir los módulos del IRPF para los afectados por la sequía y el apoyo a la contratación de los seguros agrarios,
-Compromiso para avanzar en la modernización de las infraestructuras de regadíos, como pilar de desarrollo rural del territorio,
-Impulsar el papel de la mujer en el medio rural y facilitar el relevo generacional con jóvenes,
-Defender una buena dotación presupuestaria de la Política Agrícola Común evitando exigencias a los agricultores y ganaderos, que no estén debidamente compensadas, todo ello respecto a las trascendentales negociaciones que se están llevando a cabo para el nuevo Marco Financiero Plurianual 2021-2027.
Además, respecto a la presentación por parte de la Comisión Europea del ‘Pacto Verde’, que vincula las políticas europeas a la consecución de lograr el objetivo de una UE climáticamente neutral para 2050, Carnero ha manifestado al Ministro que la nueva PAC está totalmente alineada con este Programa.
El consejero ha dejado claro que “desde nuestro punto de vista, la próxima PAC ya va a contribuir al citado ‘Pacto Verde’, porque con las características que impone la PAC ya formamos parte del ‘Pacto’”.
No hay que olvidar que el 40% de la financiación de la nueva PAC va a contribuir a objetivos medioambientales. Ya de por sí, esta política contribuye a aprovechar los recursos naturales de una forma sostenible. Si desapareciera la agricultura en las áreas rurales se produciría una degradación importantísima, una desertificación de la superficie, con efectos medioambientales difícilmente corregibles.
El consejero es partidario de que el inminente Consejo de Ministros de Agricultura analice, además de lo relacionado con la nueva PAC, la Estrategia de la Granja a la Mesa, la conservación y protección de la biodiversidad, y la ambición de contaminación cero para una mejora en el medio ambiente ya que van a formar parte del ‘Pacto Verde’.
En todo caso, es conveniente conocer claramente la financiación del ‘Pacto Verde Europeo’, que contará con un billón de euros de los cuales, previsiblemente, el 50% procederá de la financiación de las diferentes políticas y acciones europeas, y el otro 50% de inversión público privada, a través del Banco Europeo de Inversiones.
Defensa de la reciprocidad en los acuerdos comerciales
En el ámbito de la agricultura, el conocimiento y la innovación deben contribuir al desafío verde, ya que permitirá hacer más sostenibles los aprovechamientos agrarios con los recursos naturales. Por lo tanto, estas herramientas van a posicionar a la agricultura en un mayor nivel de competitividad y sostenibilidad ambiental. Carnero ha incidido también en que un aspecto relacionado con la agricultura, pero que excede de sus competencias, es el de los acuerdos comerciales con terceros países. La Unión Europea debe incorporar de forma obligatoria en dichos acuerdos que las exigencias medioambientales y sociales en las producciones agrícolas y ganaderas sean recíprocas en las relaciones comerciales.
Declaración conjunta de España, Francia y Alemania
El 19 de diciembre de 2019, los ministros de Agricultura de España, Francia y Alemania presentaban una declaración conjunta sobre la futura PAC en el ‘Pacto Verde Europeo’.
En esta declaración se apoya la nueva arquitectura medioambiental propuesta por la Comisión Europea: condicionalidad reforzada y ecoesquemas, ambos en el primer pilar, y medidas del segundo pilar como agroambientales y apoyo a zonas menos favorecidas, entre ellas las de agricultura de montaña.
Se muestran favorables a asignar un presupuesto mínimo para los ecoesquemas y destacan que el presupuesto de la nueva PAC deberá estar a la altura de los desafíos medioambientales y climáticos. Y que, al tiempo que la Unión Europea potencia las exigencias a sus agricultores para luchar contra el cambio climático, es necesario acordar normas ambiciosas con respecto al comercio y la sostenibilidad en los acuerdos globales de libre comercio a fin de promover una competencia justa para los agricultores.
A este respecto, Jesús Julio Carnero ha indicado que “Castilla y León está de acuerdo, en términos generales, con esa declaración conjunta, siendo un buen punto de partida para llegar a un consenso en el paquete normativo de la nueva PAC”. Aunque no obstante, ha dicho que “en cuanto al régimen de los ecoesquemas, Castilla y León preferiría ser más prudente y que este sistema fuera un régimen voluntario para los Estados miembro”. En cualquier caso, insiste en la prudencia en la financiación dirigida a este régimen ya que “debemos garantizar un nivel adecuado en el pago básico para la compensación de rentas de nuestros agricultores y ganaderos”.
Etiquetado voluntario en bienestar animal
La protección del bienestar animal es una preocupación universal emergente. Recientemente, Alemania ha presentado una propuesta para introducir una etiqueta en los alimentos de origen animal con respecto a los criterios de bienestar, que permita a los consumidores adoptar decisiones de compra de esos productos. Es cierto que muchos consumidores están dispuestos a pagar precios más altos por esos alimentos si se han producido de acuerdo con estándares de bienestar animal, que claramente exceden los requisitos legales mínimos. Dinamarca ya tiene una etiqueta voluntaria de este tipo y Países Bajos también tiene una etiqueta privada.
En Castilla y León, en esa misma línea, se está trabajando para aprobar este mismo año una iniciativa de etiquetado voluntario en bienestar animal, porque hay un convencimiento de que permitirá revalorizar los productos animales de cara al consumidor.
Países de origen en el etiquetado de la miel
La Directiva sobre la miel de 2001 impone la obligación de etiquetar el país de origen para la miel, sin embargo, en el caso de una mezcla de mieles cosechadas en más de un país, la miel podría etiquetarse como ‘mezcla de mieles de la UE’ o ‘mezcla de mieles de fuera de la UE’ o ‘mezcla de mieles de la UE y de fuera de la UE’.
El etiquetado de origen representa también una mejor trazabilidad de los productos, que es un factor clave desde el punto de vista de la seguridad alimentaria.
Aprovechando el próximo Consejo de Ministros de la Unión Europea, el consejero ha trasmitido al ministro que “desde Castilla y León insistimos que el etiquetado de las mezclas no aporta información de origen clara y perjudica al sector productor. Nosotros apoyamos cualquier iniciativa que aclare el origen de la miel y pedimos que se incluyan en la etiqueta los diferentes orígenes diferenciados y el porcentaje de la mezcla de esas mieles por países”.