Hasta 50 gramos de cocaína y más de 3.000 euros en metálico en un domicilio: la pena solicitada para una mujer en Zamora

La mujer ha negado los hechos mientras que la Fiscalía mantiene su petición de condena

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Juicio contra la acusada de un delito de tráfico de drogas este lunes
Juicio contra la acusada de un delito de tráfico de drogas este lunes

La Audiencia Provincial de Zamora ha cogido este lunes el juicio contra dos acusados de tráfico de drogas por unos hechos acontecidos en 2021 cuando, tras el registro del domicilio de una mujer en Benavente, los agentes hallaron 50 gramos de cocaína, 3.000 euros en metálico y dos básculas de precisión.

El novio de la mujer, el otro acusado, ha llegado a un acuerdo de conformidad con el Ministerio Fiscal y se le ha rebajado la pena inicial de 4 años de prisión a dos años de prisión, si bien tras la conformidad se ha procedido a la suspensión de la pena para este hombre condicionada a que no cometa ningún delito en el plazo de dos años y a que se someta a un tratamiento de deshabituación.

No obstante, respecto a la acusada no se ha llegado a un acuerdo de conformidad y se ha procedido al desarrollo íntegro del juicio. En su declaración, la mujer acusada ha señalado que el piso en el que vivía era de su hermana y se hizo cargo ella de la hipoteca porque su hermana no podía hacer frente, así como que trabajaba en un bar, hacía extras en bares y barras de pueblos, personalizaba ropa… negando en todo momento que haya vendido droga en su domicilio y destacando que la droga intervenida en la vivienda era para consumo propio porque estaba “muy enganchada” a la cocaína y compraba en cantidades más grandes debido al consumo y a que vivió una agresión cuando compraba en cantidades más pequeñas y acudía a sitios más problemáticos a comprarla, habiendo llegado así a contactar con un proveedor “más discreto y que me traía cantidades más grandes”, siempre para su consumo y el de su pareja, señalando que el hombre “consumía muchísimo, más incluso que yo, y me tenía que hacer yo cargo del consumo de los dos”.

Además, la acusada ha resaltado que los más de 3.000 euros en efectivo procedían de lo que había ganado con la personalización de ropa así como, respecto a que entraba y salía mucha gente del portal, ha incidido en que solo conoce a algunos pocos, destacando que en ese portal había varios puntos de venta de droga, uno de ellos incluso en la misma planta en el que se vendía speed y metanfetaminas, así como que algunos iban a su domicilio porque ejercía la prostitución, añadiendo que algunas de las conversaciones como “espérame, bajo”, eran con clientes debido a que ejercía la prostitución, algo que no había contado en la instrucción porque le avergonzaba, añadiendo además que tenía discusiones con su pareja sobre este hecho.

Tras la declaración de la mujer han testificado algunos de los agentes de la Guardia Civil que intervinieron en la operación, quienes han señalado que se veía como la gente accedía al portal y a los dos minutos bajaban. “Era evidente que era un pase”, ha afirmado uno de ellos, destacando que en algunos casos eran consumidores habituales y en otros no, habiendo intervenido droga en alguna ocasión a las personas que salían, así como han destacado que en ocasiones concurrían las llamadas telefónicas con las entradas en el domicilio, concluyendo además que utilizaban un lenguaje para evitar utilizar determinadas palabras relacionadas con la droga y negando que hayan detectado ningún hecho dedicado a la prostitución.

Tras ellos, ha declarado un vecino de la joven quien ha negado haber visto venta de droga en el domicilio de la mujer, y señalando que el tránsito de gente podía ser de otro piso, así como otro hombre al que los agentes intervinieron una sustancia a la salida del portal, negando que reconociese en ese momento que lo había comprado en el domicilio de la mujer.

El juicio ha concluido con las declaraciones de otros tres testigos, la novia del primo del exnovio de la mujer, quien ha incidido en que nunca ha visto vender nada en ese domicilio pero sí que la mujer consumía mucha cocaína y que a raíz de saber que tenía ese problema grave le admitió que ejercía la prostitución. Otro amigo de esta mujer, consumidor ocasional, ha afirmado que compraba la droga a un vecino de ésta, así como que la mujer consumía “bastante”.

Tras el juicio, el Ministerio Fiscal mantiene la pena para esta mujer en cuatro años de cárcel y 10.000 euros de multa señalando que ha quedado demostrado el tráfico de drogas y entendiendo que la acusada “se ha dedicado a mentir”. En este sentido, ha hecho hincapié en que se llevó a cabo un control en el edificio, de las subidas y bajadas, escuchas telefónicas que acreditan que se estaba llevando a cabo la venta en el piso de la mujer, no en el del vecino, así como ha resaltado que no ha hecho alusión en ningún momento a que se prostituía hasta hoy, así como no se ha demostrado que sea consumidora, finalizando además aludiendo a la conformidad a la que se ha llegado con su pareja este lunes respecto a este delito que lo reconoce.

Por último, la abogada de la defensa ha solicitado la libre absolución centrándose en que los hechos por los que se le acusa deben ser precisos, fácticos, concretos e individualizados” y son generalizados, resaltando además que lo que se acredita en las escuchas es que son consumidores y que la cocaína no estaba escondida.

La acusada, en su derecho a la última palabra, ha querido finalizar señalando: “Nunca he vendido ningún tipo de sustancia, solo me he juntado con mala gente y me he prostituido”.

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