Castilla y León contará con un plan especial de riesgo radiológico para responder a emergencias de este tipo

Radiocyl se elabora con el objetivo de reducir el riesgo, mitigar sus consecuencias en origen y disminuir los posibles efectos adversos de incidencias ionizantes para la población, los bienes y el medio ambiente

Proyecto de desmantelamiento de la Central Nuclear de Garoña. Plan especial de riesgo radiológico para responder a emergencias de este tipo.
Proyecto de desmantelamiento de la Central Nuclear de Garoña. Plan especial de riesgo radiológico para responder a emergencias de este tipo.

Castilla y León contará próximamente con un plan especial de riesgo radiológico, que se denominará Radiocyl, con el objetivo de responder a posibles emergencias de este tipo. Se trata de un documento incluido en el catálogo de Protección Civil y que requiere de una metodología técnico-científica adecuada.

Este plan se elabora para reducir el riesgo, mitigar sus consecuencias en origen y disminuir los posibles efectos adversos de incidencias ionizantes para la población, los bienes y el medio ambiente.

Por fortuna, a día de hoy, la Comunidad no ha sufrido nunca un incidente de este tipo, ni en actividades reguladas, como podría ser el funcionamiento de una central nuclear, ni por razones ilícitas.

Verónica del Val, técnico de la Agencia de Protección Civil y Emergencias de la Junta de Castilla y León, relata en declaraciones a Ical que el objetivo es establecer la organización y un esquema de coordinación entre las administraciones públicas que intervendrían en este plan, así como el conjunto de normas “necesarias para una respuesta de eficaz ante incidencias radiológicas”.

El Plan se encuentra en trámite de consulta pública y pasará posteriormente a información pública. Posteriormente deberá superar diferentes mesas y recibir el visto bueno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).

Las emergencias radiológicas son situaciones de riesgo que precisan de medidas urgentes para la protección de la población, los bienes y el medio ambiente con el fin de evitar o reducir los efectos adversos de las radiaciones ionizantes.

Este tipo de emergencias se consideran hipótesis accidentales por la aparición de fuentes de radiación de manera inadvertida y fuera de control, uso indebido de material radiactivo en instalaciones nucleares y radiactivas, exposición o contaminación accidental del público, amenazas y actos dolosos asociados al uso o tráfico ilícito de este material y accidentes catastróficos que puedan dar lugar a emisiones de material radiactivo al medio ambiente.

El plan de Castilla y León, como los del resto de comunidades autónomas, se deriva de la Norma Básica de Protección Civil, que dispone la elaboración de planes especiales para hacer frente a los riesgos específicos.

Además, la Directriz Básica de Planificación de Protección Civil ante el Riesgo Radiológico resulta de aplicación en la elaboración, implantación y mantenimiento de los planes especiales de Protección Civil frente a emergencias radiológicas en el ámbito territorial de las comunidades autónomas.

Del Val señaló que Radiocyl “surge para dar respuesta a emergencias como consecuencia de un accidente de actividades radioactivas, reguladas o no”, así como como sucesos excepcionales que tengan origen en actividades ilícitas cuya actuación “sea dañar a las personas y los bienes, dando lugar a un efecto radiológico importante”.

También, los sucesos relacionados con material radioactivo en instalaciones y lugares que no estén regulados en instalaciones nucleares o radioactivas. En este punto, Del Val destacó que en todas sus fases el documento recoge las distintas necesidades de las personas con discapacidad y otros colectivos en situación de vulnerabilidad, y establece los protocolos de actuación específicos para garantizar su asistencia y seguridad.

La importancia de Garoña

Todas las actividades reguladas de carácter radioactivo se encuentran en el catálogo nacional que gestiona el CSN, ente nacional competente en protección radiológica. Dentro del mismo se cumplen todas las guías técnicas y normas que “incluye la gestión de respuesta de las incidencias derivadas del ATI (Almacén Temporal Individualizado) de la central nuclear de Santa María de Garoña, en fase de desmantelamiento.

Actualmente, la gestión de emergencias en la infraestructura burgalesa tiene competencia nacional, “pero en una fecha, aún sin determinar, la gestión del ATI pasará a la Comunidad”.

Del Val añadió que el plan dotará del material necesario para este tipo de acciones e incidirá en la formación de grupos de intervención de entre los que ya existen en la Comunidad.

Además, contará con trabajadores especializados en esta materia y la contribución experta del CSN, tanto en materia de formación como aportación de medios técnicos.

En la actualidad, la Comunidad cuenta con un importante tránsito de mercancías de tipo radiológico por carretera, pero nunca se ha registrado una incidencia “relevante”. Tampoco en las actividades reguladas, y las anotadas “han sido siempre de baja importancia”.

“Pero tenemos que estar preparados”, comentó Del Val, quien puso el foco sobre todo en Garoña “para hacer frente a esas posibles emergencias”. De hecho, en caso de accidente de un transporte de mercancías peligrosas se activa el Plan Mpcyl, ya en vigor, si bien a partir de la aprobación del Radiocyl también se aplicarán sus normas y criterios esenciales de carácter radiológico.

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